MSF.-La nueva tasa, que se está debatiendo en el seno de la Unión Europea y quizá se aborde en la Cumbre del G20 que comienza mañana en Cannes (Francia), contribuiría a salvar millones de vidas si un porcentaje de la misma se destinara a las necesidades de salud en el mundo, según el informe 5 Vidas, publicado por Médicos Sin Fronteras (MSF).
“Algunas intervenciones sanitarias básicas pueden cambiar vidas, es algo de lo que somos testigos a diario en nuestro trabajo sobre el terreno, pero además también puede cambiarse el curso de las necesidades de salud más urgentes de una forma global”, explica el director de la Campaña para el Acceso a Medicamentos Esenciales (CAME) de MSF, Tido von Schoen-Angerer. “Es el momento de que la salud también se beneficie de un rescate financiero”.
Aunque solo se aplicara en la Unión Europea, una tasa como la propuesta a finales de septiembre por la Comisión Europea podría recaudar cerca de 57.000 millones de euros anuales; adoptada por el G20 en su conjunto, se movilizarían decenas de miles de millones de euros más. Incluso aunque se destinase solo una pequeña parte al sector de la salud, se podría dar un impulso importante para atajar crisis sanitarias en todo el mundo.
Con más fondos disponibles, podría prevenirse la desnutrición aguda en más niños, protegerles de un brote de sarampión o de la transmisión vertical del VIH/sida en el parto; o podría suponer que más enfermos de tuberculosis o de VIH/sida accedieran al tratamiento a tiempo de salvarles la vida y evitar más contagios. Estas son las historias reales recogidas por MSF en 5 Vidas, cinco ejemplos del impacto transformador que la asignación de parte del impuesto sobre transacciones financieras (FTT por sus siglas en inglés) podría tener sobre la salud en el mundo.
“Ya que los gobiernos están reduciendo la ayuda internacional, no hay excusa para no asignar parte de los ingresos de una tasa sobre transacciones financieras a las necesidades de salud en los países en desarrollo”, apunta la asesora de la CAME sobre políticas de VIH/sida Sharonann Lynch. “Este impuesto nos ofrecería una fuente de financiación sostenible, que hoy es más necesaria que nunca”.
Un impulso necesario en tiempos de recortes
La creación de un FTT va ganando fuerza justo cuando la salud global sufre un recorte en su financiación. Por ejemplo, tras una década de esfuerzos financieros, en 2009 el presupuesto internacional destinado a programas de VIH/sida sufrió un retroceso, y volvió a hacerlo en 2010, de forma que, por primera vez en su historia, el Fondo Global de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria ha decidido no abrir nuevas rondas de financiación en 2011.
El impacto de un impulso financiero a la lucha contra el sida podría ser enorme, puesto que las últimas investigaciones confirman que el tratamiento de pacientes con VIH reduce el riesgo de que transmitan el virus. Un estudio liderado por el Programa de la ONU contra el Sida (ONUSIDA) estima que con una inversión mundial de 6.000 millones de dólares más al año en programas contra el sida hasta 2015 (la media actual es de 16.000 millones) podría alcanzarse la cobertura universal, y que para 2020 podrían haberse salvado 7 millones de vidas y prevenido 12 millones de infecciones.
Los fondos procedentes de un FTT también podrían reforzar la lucha contra la tuberculosis: de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2012 se necesitarían tan solo 1.500 millones de dólares adicionales para prevenir, diagnosticar y tratar apropiadamente la tuberculosis a nivel mundial. “Hay carencias de financiación en la salud global que podrían ser atendidas con los ingresos procedentes de un impuesto sobre transacciones financieras”, sostiene Lynch. “Es el momento de invertir en vidas reales, en futuros reales”
FOTO: © Lali Cambra / MSF