Asturias.-Izquierda Unida defendió hoy el pacto presupuestario para 2020 como mejor alternativa para dar respuesta a las necesidades de Asturias en 2020. La portavoz parlamentaria, Ángela Vallina, justificó además el rechazo a las enmiendas parciales de distintos grupos, en unos casos por responder a un modelo claramente conservador y reaccionario y en otros porque no se explica a qué otras inversiones es necesario renunciar para poder asumirlas.
Frente a la falta de consensos, Vallina aseguró que lo que la ciudadanía quiere es “desde la fuerza que a cada uno se nos ha otorgado, que la izquierda acuerde y gobierne. Quiere, ya desde la Legislatura pasada que ha sido fallida, que construyamos un modelo común alternativo al conservador, que renunciemos a nuestro programa de máximos y a nuestros intereses de partido y pongamos en funcionamiento la esencia de la democracia que es el pacto. Que hagamos funcionar la pluralidad política y demostremos que efectivamente el bipartidismo era peor. Toda la ciudadanía asturiana quiere que el Principado de Asturias funcione tal y como ya hacen muchos de nuestros Ayuntamientos donde, afortunadamente, el pacto es algo habitual. La sociedad asturiana, y la Asturias progresista, entienden que el acuerdo es algo consustancial a la vida cotidiana y, por tanto, demandan que en las instituciones sea "normal, lo que en la calle es sencillamente normal" como se dijo en un momento muy especial en nuestro país”. Para Vallina, poder alcanzar acuerdos por la izquierda y con otras fuerzas democráticas es imprescindible ya que, enfatizó, “quizás el acuerdo sea incluso el único medio para conjutar el extremismo antidemocrático”.
Más allá de la aprobación del presupuesto, Ángela Vallina apostó porque la ejecución del mismo se aproveche como una oportunidad para sumar nuevos apoyos. “En la propia aplicación del Presupuesto a la realidad durante el año 2020 los gestores habrían de incorporar aún más actores políticos pues, repetimos, los avances sólo provocan transformaciones duraderas cuando son comúnmente aceptados. Esa será una muestra de inteligencia del gobierno, entender que la pluralidad dota de fuerza impulsora a la gestión y que la pluralidad no descansa en la aritmética sino en la política, el arte que hemos de redescubrir para que la democracia se vigorice”. La portavoz de IU se preguntó qué pasa en Asturias para que no sea posible llegar a acuerdos por la izquierda en unos momentos en los que, sin embargo, parece que se está negociando en esa dirección, con éxito, en el contexto nacional. “La izquierda asturiana es una excepción en un contexto político de acuerdos, presenta un hecho diferencial patológico que no encuentra explicación política. La Comunidad Valenciana, La Rioja, Baleares, la ciudad de Barcelona, la posible y deseable constitución del gobierno en España son ejemplos de acuerdos de la izquierda que parecen imposibles en Asturias. Es más, existe la posibilidad de que la fragmentación política de la izquierda en Asturias deteriore nuestra capacidad de influencia con el nuevo gobierno español en asuntos tan delicados como la descarbonización, el apoyo a nuestra industria electro-intensiva, la transición energética o el nuevo modelo de financiación autonómica. El desacuerdo de la izquierda asturiana aporta un valor negativo. Es cierto, por tanto, el análisis que argumenta que Izquierda Unida albergaba un prejuicio antes de comenzar la negociación presupuesta propiamente dicha, el prejuicio del acuerdo considerado como valor político y como objetivo más allá de la concreción presupuestaria. Es cierto, el momento político lo exige”.