Desarticulada una compleja organización que ofrecía seguridad total a narcos de la costa onubense

Desarticulada una compleja organización que ofrecía seguridad total a narcos de la costa onubense

Contaban con una elevada especialización y empleaban avanzados sistemas tecnológicos y medios de localización y comunicación para controlar los movimientos de vehículos y embarcaciones de la Guardia Civil y Aduanas

Entre los diez detenidos por la Policía Nacional hay dos miembros de las FSE y un vigilante de seguridad que se servían de sus destinos para aportar seguridad marítima y terrestre a otros grupos criminales

Causaron daños en el SIVE para dejar una zona oscura con el objetivo de facilitar el desembarco de hachís y llegaron a instalar dispositivos electrónicos de localización en once vehículos policiales para controlar sus movimientos

 


 Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una compleja organización que ofrecía seguridad total a grupos de narcos que operaban en la costa onubense. El grupo contaba con una elevada especialización y empleaba avanzados sistemas tecnológicos y medios de localización y comunicación para controlar los movimientos de vehículos y embarcaciones de la Guardia Civil y Aduanas. Entre los diez detenidos en la operación hay dos miembros de las FSE y un vigilante de seguridad que se servían de sus destinos para aportar seguridad marítima y terrestre a otros grupos criminales. Causaron daños en el SIVE –Sistema Integrado de Vigilancia Exterior- para dejar una zona oscura con el objetivo de facilitar el desembarco de droga y llegaron a instalar dispositivos electrónicos de localización en once vehículos policiales para controlar sus movimientos

 

Las investigaciones realizadas durante más de siete meses permitieron identificar y detener a los máximos responsables de la organización, su modus operandi, los medios utilizados y los sistemas de comunicación, así como sus relaciones con otras organizaciones. De este modo se llegó hasta el máximo responsable de la red, un hombre de 33 años vecino de la localidad onubense de El Rompido, relacionado con otros narcotraficantes de la zona. Asimismo se averiguó que, para conseguir sus objetivos, el grupo desarticulado contaba con la participación fundamental de dos guardias civiles destinados en la Comandancia de Huelva, presuntamente integrados en el núcleo de la organización. Y también con las informaciones facilitadas por un vigilante de seguridad, destinado en la Agencia Tributaria, que trabajaba en el muelle del Tinto donde vigilaba los movimientos de las patrulleras de Aduanas. También se arrestó a los encargados de otras tareas como la vigilancia de miembros de las fuerzas de seguridad o el control de vehículos y embarcaciones.

Seguridad total con vehículos y embarcaciones balizados

 

La organización criminal desarticulada ofrecia sus servicios a otros grupos de narcotraficantes. Servicios que ellos mismos denominaban seguridad total –tanto terrestre como marítima- y que buscaban facilitar impunidad en los desembarcos de importantes partidas de estupefaciente por la costa onubense. Para ello contaban con una gran especialización. Empleaban avanzados sistemas y medios de localización y comunicación, que eran utilizados en todo momento para tener controlados los movimientos de los vehículos y embarcaciones tanto de Guardia Civil como de Aduanas.

 

Los miembros de la red consiguieron instalar diversos dispositivos electronicos de localización –balizas- en vehículos de la Guardia Civil de puestos costeros, tales como El Rompido, Cartaya y Punta Umbria, habiendose detectado 11 balizas instaladas. Además, el pasado mes de diciembre causaron daños en el SIVE que tenían como finalidad dejar "oscura" una zona de costa para facilitar el desembarco de droga. Incluso utilizaban terminales de transmiciones de los empleados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que eran "extraviados" los días de los alijos y con los que la organización estaba al tanto de los avisos realizados por la sala de operaciones de Guardia Civil.

 

Incluso, llegaron a instalar dispositivos de localización tanto en las patrulleras de Guardia Civil como en la del Servicio de Vigilancia Aduanera, con los que controlaban en todo momento la ubicación y movimientos de las mismas. Estos datos eran completados con la información de los posibles operativos a realizar por ambas instituciones suministrada por los agentes y el vigilante de seguridad detenidos.

Las organización criminal adoptaba innumerables medidas de seguridad en los contactos y reuniones que mantenían, en las que utilizaban gafas con sistema de grabación o bolígrafos grabadores para visionar posteriormente si había miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad en las inmediaciones.

Intervenidos cerca de 2.500 kilos de hachís

 

En el transcurso de las investigaciones se tuvo conocimiento de los preparativos de un grupo de narcotraficante que pretendía introducir una importante cantidad de hachis en la madrugada del pasado día ocho de febrero. El dispositivo de vigilancia establecido detectó en las proximidades del paraje denominado "El Cruce", en la Playa de la Bota de Punta Umbría, la presencia de una furgoneta que estacionaba en el arcén. De manera inmediata, de las dunas próximas comenzaron a salir varias personas cargadas con fardos de hachís que introducían en el vehículo. Los policías lograron detener al conductor y a uno de los alijadores, interviniendo la furgoneta y la cantidad de 2.428 kilos de droga repartida en 77 fardos.

 

Intervenido sofisticado material de vigilancia

Las investigaciones, culminadas en el mes de febrero y realizadas con el respaldo del Juzgado de Instrucción número dos de Ayamonte, la Fiscalia Antidroga y el apoyo de la Guardia Civil, culminaron con la desarticulación de una organización que se servía de un complejo entramado para facilitar el tráfico de cantidades importantes de hachís con destino a España.

Se practicaron un total de diez detenciones y ocho registros en los que se decomisaron balizas utilizadas para conocer en todo momento la situación de determinados vehiculos y embarcaciones policiales, tres armas de fogueo y una pistola del calibre 6,35, dos escopetas paralelas del calibre 12, dos revolveres del calibre 38 especial, y abundante munición. También se intervino sofisticado material de vigilancia como prismaticos de largo alcance, teleobjetivos y ocho equipos de onda corta para transmisiones y varias cámaras fotográficas y de video de alta resolución, utilizado para comunicarse entre si, vigilar el entorno y grabar las posibles rutas a emplear por los narcotraficantes. También se han decomisado multitud de teléfonos móviles y tarjetas de telefonía que empleaban para dificultar la acción policial, tres vehículos, 41.000 euros en efectivo y abundante documentación.

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