UPO/SINC.-
Un estudio coordinado por Mario Cordero Morales, investigador del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (centro mixto de la Universidad Pablo de Olavide, CSIC y Junta de Andalucía), profundiza sobre la relación entre el síndrome de la fibromialgia con la disfunción mitocondrial. Los resultados, publicados el pasado viernes en la revista PLoS One, abren una nueva puerta a la investigación sobre el uso de antioxidantes como mitigador del dolor, la fatiga o la depresión que sufren los pacientes de esta enfermedad, entre otros síntomas.
Este estudio parte de la base de que dentro de los pacientes con fibromialgia hay un subgrupo que presenta una disfunción mitocondrial. En un trabajo anterior, los investigadores detectaron la existencia de un fallo en un elemento –la coenzima Q(10)– implicado en la cadena respiratoria mitocondrial. Una disfunción que, según apuntan, trae consigo el aumento de los radicales libres (especie química detrás de la oxidación celular), la disminución de esta coenzima encargada del transporte de electrones, daños en otras secuencias de ADN, además de otras consecuencias.
Avanzando en este ámbito, los científicos demuestran en su publicación la existencia de una relación directa entre los niveles de peroxidación lipídica (estrés oxidativo de las membranas celulares) y los síntomas de los pacientes. Un hallazgo que pone sobre la mesa la posibilidad de utilizar los antioxidantes como co-tratamiento de la fibromialgia. “A día de hoy aún no podemos afirmar que suministrando antioxidantes se van a quitar los síntomas, pero sí que podrían ser una herramienta más del tratamiento multidisciplinar que requiere la enfermedad”, afirma Mario Cordero.
Una vez detectada esta relación, el siguiente paso es realizar un ensayo clínico en pacientes con fibromialgia que aporte datos suficientes a los científicos para conocer si están en el rumbo correcto. Un estudio en el que esperan repetir el éxito obtenido en cinco casos anteriores, en los que los pacientes veían disminuir sus síntomas al recibir tratamiento de coenzima Q(10), un elemento de la mitocondria que también juega un papel importante como antioxidante. Para ello, formarán equipo con profesionales del Hospital Puerto Real de Cádiz, pertenecientes a las unidades de Medicina Interna, Rehabilitación, Psiquiatría, Farmacología Clínica, la Unidad del Dolor y Medicina Comunitaria.
Depresión y fibromialgia
Además del ya señalado, otro de los resultados obtenidos en el estudio relaciona la depresión con el nivel de los síntomas en los pacientes con fibromialgia. A este respecto, los investigadores han encontrado que, si bien los síntomas afectaban de manera alta tanto en pacientes con depresión como en aquellos que no la padecían, se trata de un elemento que influye negativamente.
“Si bien no es un elemento crucial para que los pacientes presenten un menor nivel de síntomas, a nivel estadístico hemos encontrado que la depresión juega también un papel en la fibromialgia, aumentando el padecimiento de los enfermos”, concluye Mario Cordero.
En el artículo destaca la participación de Elísabet Alcocer Gómez y Francisco J. Cano García, de la Universidad de Sevilla, además de Mario Cordero, y José Antonio Sánchez Alcázar, investigadores del CABD, de la UPO y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER).
FOTO: Mario Cordero es el responsable de la investigación. Imagen: UPO