Los oncólogos quieren ofrecer una imagen comprensiva, pero a veces no entienden las señales que les envían los pacientes. Para ayudar a los médicos a gestionar mejor los miedos y preocupaciones de los afectados por un tumor, un investigador de la Universidad Duke (EE UU) ha desarrollado un nuevo tutorial de entrenamiento interactivo
Un programa informático, que incluye grabaciones de las consultas de los pacientes realizadas por los médicos, supone una nueva alternativa a los carísimos cursos que siguen los oncólogos para optimizar la relación con sus pacientes.
En un estudio que se publica esta semana en la revista Annals of Internal Medicine, los autores descubrieron que, gracias a esta herramienta, se obtuvieron respuestas más empáticas de los oncólogos. Además, los pacientes registraron mayor confianza en sus médicos, un componente asistencial primordial que mejora la calidad de vida.
“Otros estudios anteriores muestran que los oncólogos reaccionan a la angustia de los pacientes con empatía en solo una de cada cuatro situaciones”, afirma James A. Tulsky, director del Centro de Cuidados Paliativos de la Universidad de Duke (EE UU) y autor principal del estudio.
“A veces, cuando los pacientes expresan sus preocupaciones, los médicos cambian de tema o se centran en el tratamiento médico más que en el problema emocional”, explica Tulsky. “Desgraciadamente, en este comportamiento se lee un mensaje: ‘No estamos aquí para hablar de eso”.
Los autores subrayan que los oncólogos tienen muchos motivos para evitar conversaciones de carácter emocional. Algunos piensan que los intercambios puedan provocar estrés –más que aliviar–, o que no tienen tiempo para ocuparse de temas que no son de carácter médico.
Según Tulsky, ninguna afirmación es cierta. Su investigación demuestra que hacer las preguntas adecuadas durante la consulta puede ahorrar tiempo y aumentar la satisfacción del paciente.
Hacer las preguntas adecuadas durante la consulta puede ahorrar tiempo y aumentar la satisfacción del paciente
“Los oncólogos son de los facultativos más comprometidos, con una gran dedicación a sus pacientes. Desgraciadamente, estos no siempre llegan a saberlo, a menos que los doctores se muestren abiertamente empáticos”, sostiene Tulsky.
Aprender a comunicarse
El tutorial enseña a los médicos habilidades comunicativas, que incluyen cómo reconocer y reaccionar en las situaciones en las que los pacientes comparten una emoción negativa y cómo informar sobre el pronóstico.
Hasta ahora, la prueba de oro para aprender técnicas de empatía es un curso de varios días que incluye conferencias breves y un juego de roles para simular situaciones clínicas. Dichos cursos requieren tiempo y son caros (más de 2.000 euros por médico).
El programa informático imita lo que sucede en estos cursos. En el estudio actual, se grabaron entre cuatro y ocho consultas de pacientes con cáncer en estado avanzado con 48 médicos del Centro Médico de Veteranos de Duke y del centro médico de la Universidad de Pittsburgh (EE UU).
Después, todos los médicos asistieron a una conferencia de una hora de duración sobre habilidades comunicativas. La mitad fueron elegidos aleatoriamente para recibir un tutorial en CD-ROM y la otra mitad no contó con ningún otro medio.
Los asistentes también escucharon ejemplos de sus propias consultas y recibieron información sobre cómo mejorar. Posteriormente, se grabó de nuevo a todos los médicos durante las consultas con los pacientes, y se evaluaron las conversaciones midiendo el grado de idoneidad de las afirmaciones empáticas de los médicos.
Los oncólogos que realizaron el curso del CD reaccionaron de forma empática en el doble de ocasiones que aquellos que no realizaron el curso. Además, se mostraron más capaces a la hora de ‘sonsacar’ las preocupaciones de los pacientes, utilizando tácticas para provocar conversaciones en vez de terminarlas.
FOTO: Gracias a un nuevo programa informático, los oncólogos mostraron una mayor empatía con sus pacientes. Imagen: Toca Boca.