Los resultados de la última encuesta de la EPA son preocupantes, y muestran un frenazo en la creación de empleo en nuestro país.
El número de ocupados ha aumentado solo en 69.400 personas en el tercer trimestre de 2019 respecto al trimestre anterior (un 0,35%). Se trata del peor trimestre en seis años, ya que hace un año se añadieron 183.900 nuevos ocupados. La tasa de desempleo se sitúa en el 13,92%.
Estos resultados confirman que nos encontramos ante el inicio de una nueva recesión, que aunque tiene sus fuentes en la inestabilidad mundial, va a golpear de forma especialmente intensa a Europa, y muy especialmente a España. Una recesión que se suma a los efectos de la crisis del 2008 -precariedad, recortes y empobrecimiento para la mayoría- que nunca se han marchado para las clases trabajadoras.
Y evidencian las debilidades de nuestro mercado laboral, con ciclos periódicos de creación de empleo y destrucción de puestos de trabajo. El resultado de un modelo económico con prevalencia del turismo y del sector servicios, donde lo que está a la orden del día es el trabajo temporal y precario.
Ante esto, Recortes Cero-Grupo Verde exige, que frente a la recesión y la amenaza de nuevos "ajustes de cinturón" contra la mayoría, es necesaria la redistribución de la riqueza. Es necesario usar los enormes recursos de nuestra economía -hoy en manos de un pequeño puñado de banqueros y monopolistas, nacionales y extranjeros- para reindustrializar el país y crear cientos de miles de puestos de trabajo fijos, cualificados y de calidad.
Proponemos crear un millón y medio de puestos de trabajo ligados a una reindustrialización de nuevo tipo, centrada en un nuevo modelo productivo y energético ligado a la alta tecnología, el desarrollo sostenible y las energías limpias y renovables. Un plan de reindustrialización que permita bajar el paro por debajo del 7% y que atienda a las necesidades de la España vaciada. Un plan que debería invertir 83.000 millones de euros en los próximos años.
Hay recursos para ello, si recuperamos al menos 75.000 millones del rescate de la banca, el dinero público que fue prestado al sistema financiero, y que los grandes banqueros (propietarios de las cajas y bancos rescatados entonces) se niegan a devolver a los ciudadanos.
Y si creamos una banca pública -reteniendo Bankia como núcleo, aún hoy un 60% de titularidad pública- que pueda ofrecer a pymes y empresas en apuros al menos 10.000 millones de euros en créditos blandos (al 1% de interés).
Con estos recursos, que legítimamente pertenecen a la ciudadanía, sí se puede reindustrializar España, creando riqueza y empleo -fijo y de calidad- para la mayoría.