Sin duda, San Vicente de la Barquera es una de las visitas imprescindibles en Cantabria. Se trata de una villa marinera con origen probablemente romano, que toma su nombre del mártir aragonés. San Vicente de la Barquera es el Cantábrico, de modo que casi todo en él huele, sabe o recuerda al mar. Las tradiciones, las costumbres y fiestas como La Folía están vinculadas al Cantábrico al que se abre la villa, situada a los pies de la cordillera Cantábrica y los Picos de Europa.
Es el entorno ideal para hacer una escapada y pasar unos días en un alojamiento rural en San Vicente de la Barquera. Así, podrás empaparte de mar, pero también de la historia del fabuloso Castillo del Rey, que se sitúa en un peñón con una increíble vista sobre la marisma.
Un castillo medieval
Aunque no se sabe con certeza cuándo se construyó el castillo, suele señalarse el año 1210 como la fecha de su origen, coincidiendo con la concesión del fuero por Alfonso VIII. La característica torre pentagonal data del siglo XIV y se dice que existió una fortificación anterior levantada a mediados del siglo VIII, coincidiendo con la primera repoblación, sobre la que podrían haberse erigido los cimientos del castillo.
Los Reyes Católicos ordenaron reconstruir la fortaleza, que sin embargo sufrió un importante contratiempo un siglo después, cuando se hundió la bóveda que cubría la zona central. El castillo tenía la función de defender San Vicente de la Barquera, de modo que cuando se derrumbó la bóveda, en 1584, hubo que encontrar una defensa alternativa, y Felipe II ordenó la construcción de la batería artillera de Santa Cruz de Suaz, situada justo en la bocana del puerto.
Se trata de un castillo casi rectangular, de 54 metros de largo por 20 de ancho, con una forma irregular y unos muros de dos metros y medio de ancho. Al lado oriental, flanquea la fortaleza una torre cuadrada con muros de mampostería. Al occidental, una torre con forma de pentágono irregular, llamada la torre del homenaje. La razón de esta particular estructura es que de esta forma se adapta el castillo al entorno rocoso sobre el que se sitúa.
La Puebla Vieja
Este castillo es de dimensiones reducidas para la época, pero sirvió para defender la villa de San Vicente de la Barquera, formando un sistema defensivo que integraba también la muralla que parte de aquí. La muralla es aún visible sobre las laderas del peñasco, sobre todo la fachada norte. Se conservan también la puerta del Preboste, situada junto al actual edificio que alberga el ayuntamiento, y la situada detrás de la Iglesia de Santa María de los Ángeles. Estas puertas eran de paso para los peregrinos que se dirigían a Santiago siguiendo el camino de la costa.
Junto con la muralla y la Iglesia, el castillo del Rey (también conocido como castillo de San Vicente) forma un conjunto conocido como La Puebla Vieja. La Iglesia es de estilo gótico y se integra en el conjunto de la muralla y el castillo, si bien ha sido reformada en diversas ocasiones desde su construcción original. Todo este conjunto, junto con la Casa del Inquisidor Corro (sede actual del ayuntamiento), son el contrapunto perfecto de una villa empapada de mar, junto al increíble entorno de los Picos de Europa.