Oviedo, a reventar en América en Asturias. El 69 Desfile de América en Asturias ha congregado esta tarde a miles de personas en torno a la arteria de la ciudad, Uría. La comitiva ha salido a las cinco de la tarde, encabezada por los tradicionales haigas y un camión de bomberos ‘vintage’. Tras ellos la comitiva: más de veinte pasos, más de dos mil personas.
La Banda de Música de Avilés daba paso entonces a la carroza “A por Ayalgas a América de Belmonte de Miranda”, una recreación de aquellos asturianos que cruzaron el Atlántico en busca de mejor vida. Grupos folclóricos de Oviedo - La Inmaculada, La Santina, La Xordia y banda de Gaitas de Noreña- enfocaban Uría. El sonido de las castañuelas y panderetas se fundía con los acordes de Ecuador.
Llegaba entonces la primera de las carrozas de los más pequeños. Niños y niñas vestidos de asturianos saludaban desde una plataforma con la Bella y la Bestia como protagonistas. Tras ellos, la carroza del Centro Asturiano, un paso formado por la banda de gaitas y el grupo folclórico de esta institución, la de La Corredoria y un ramo adornado del suroccidente asturiano recogido en la localidad de Trascastro (Cangas del Narcea), además de la reina y damas del Centro Asturiano.
Villaviciosa también ha estado presente en el Desfile y ha arrancado los aplausos con su tradicional Danza del Portal, que se ejecuta apoyada sólo por una gaita y un tambor.
Nuestro primer tranvía
Oviedo volvía entonces al pasado. Al fondo de la calle Uría, la carroza de Cabranes, recordaba el primer tranvía que circuló por nuestra ciudad. Y como de fusión se trata, el Desfile continuaba con la carroza de Colombia.
La Banda de Música de Laviana encabezaba una de las plataformas más espectaculares, la de los 70 años de la SOF. Sobre ella la Real Banda de gaitas Ciudad de Oviedo y los pequeños de Vetusta llenaban de música asturiana el recorrido. A pesar de sufrir un pequeño parón en la marcha han provocado un multitudinario aplauso. Tambores y roncones de cartón piedra decoraban su plataforma, homenaje también a Pinón, Pinín y Telva.
El grupo de la República Dominicana precedía a la carroza del Ayuntamiento. Por primera vez en la comitiva, los símbolos de nuestra ciudad –el edificio del termómetro, los Pilares…- decoraban la plataforma, diseñada por el presidente de la SOF, el arquitecto Felipe Díaz de Miranda. Sobre ella, la Reina y damas de San Mateo 2019 y la Reina de la Sal de Torrevieja y sus damas. Junto a ellas, niños y niñas, “símbolo del futuro de Oviedo”.
Llegaba el turno de “Los nativos de Macondo”. La zona de influencia del Caribe impulsa unos modos culturales específico, desplegados en el desfile. Y del folclore caribeño al asturiano. Representantes del “Folclore en la calle” recreaban una romería regional, precediendo a otra de las carrozas dedicadas a los más pequeños.
El trabajo conjunto de varias bandas de gaitas se evidenciaba entonces en el paso, presidido por el gaitero Xuacu Amieva, con el acompañamiento de las bandas de gaitas de Aceveo, Corvera de Asturias y Naranco.
Medio siglo de La Habana
Un Malecón de casas coloniales de colores anunciaba la llegada del homenaje del 69 Desfile a los 500 años de la fundación de La Habana, una de las ciudades que ha acogido a mayor número de emigrantes asturianos. La plataforma, coronada por el retrato de Beny Moré, recordaba que hace 500 años que un grupo de españoles fundaron la ciudad de La Habana. La secuencia de Cuba se completaba con un vehículo, conocido popularmente como el almendrón.
La Banda de Gaitas La Laguna del Torollu daba entrada a la Carroza de Valdesoto, un lugar emblemático en el desarrollo de una manifestación cultural que mezcla el teatro, el arte escenográfico, la presencia en la calle y la etnografía.
La samba, la batucada, el baile inundaba entonces el Desfile. Hacía su entrada la carroza de Brasil.
La candidatura de la sidra como Patrimonio inmaterial de la Humanidad rescata el valor cultural, social y etnográfico de nuestro “oro líquido”. El Bulevar de la sidra y el homenaje a los productores, llagareros y restauradores hacían su aparición en la comitiva, en una secuencia con los Sidrinos, representantes de la cofradía de la sidra, los grupos folclóricos Xeitu, Fitoria, Noceu, Los Gascones y un camión vintage de Gómez Oviedo.
El cierre del desfile de esta edición se lo ha llevado México y una de sus manifestaciones sociales y culturales más conocidas: La Catrina. Nombrada en sus primeros tiempos como La Calavera Garbanzera ha pasado de ser un elemento de crítica social para convertirse en una imagen festiva relacionada con la muerte. La catrina es parte de la cultura popular mexicana en su modo de ver la muerte como algo alegre al ser un tránsito a otra vida, relejado con acierto en una gran carroza en la que actuarán nueve mariachis acompañados de un coro de espectros bailando las danzas de la muerte.
Las rancheras cerraban así uno de los Desfiles de América en Asturias más multitudinarios de los últimos años. Y Oviedo se despedía de “la fiesta de las fiestas”, como la definieron, hace hoy 69 años, los periódicos de ambos lados del Atlántico.