Todos los expertos coinciden en afirmar que no se aprecia un claro heredero en el liderato del tenis mundial cuando se retiren Nadal, Federer y Djokovic. Sin embargo, muchos de ellos hablan del australiano Nick Kyrgios como firme candidato a serlo. Pero siempre que renuncie a sus salidas de tono tanto en la pista como fuera de ella.
Un talento excepcional al que limitan sus excentricidades
Casi nadie discute las grandes cualidades tenísticas de Kyrgios. Con tan solo 19 años, ya había alcanzado el top 50 de la ATP. En su juego, destacan la mezcla de estilos, un poderoso saque, su golpe de derecha y su peligroso revés.
Todo ello le ha permitido ganar seis títulos ATP, además de otros torneos menores. Puedes ver sus resultados así como una comparativa de apuestas sobre sus partidos en Oddspedia y otras páginas web. Sin embargo, el tenista australiano estropea la brillantez de su juego con las salidas de tono que le han hecho famoso.
Sus grandes salidas de tono
Desde la ya lejana retirada de John McEnroe, no se recuerdan comportamientos como los de Kyrgios en una pista de tenis. No pocas veces, falta al respeto a sus rivales e incluso se burla de ellos. No hace mucho, Rafael Nadal, con quien no se lleva especialmente bien, estallaba en sala de prensa contra el tenista australiano por ello. Igualmente famosa es su enemistad con su compatriota Bernard Tomic.
Pero la más sonada de sus actuaciones en este sentido fue durante el Master 1000 de Montreal de 2015. En el transcurso de su partido contra Wawrinka, le dijo en voz alta que su novia se había acostado con el también tenista Thanasi Kokkinakis.
Además, Kyrgios tampoco se rige por los principios de competitividad que todo deportista debe respetar. Han sido varios los partidos en que parecía dejarse perder. Incluso, durante uno ante el alemán Misha Zvered en el torneo de Shangai fue amonestado a causa de ello por el juez de pista.
Otras veces, sin embargo, el australiano parece súper-motivado, hasta el punto de perder los estribos. Tras ser derrotado en Cincinnati por Borna Coric, se dirigió a su silla y rompió tres raquetas en apenas diez segundos.
Igualmente, su comportamiento con los árbitros deja mucho que desear. En el partido que disputó frente a Berdych en el abierto de Australia de 2016, le dijo al juez de silla, literalmente, "eres un árbitro terrible".
Tampoco respeta mucho Kyrgios a los periodistas. Tanto en entrenamientos a los fotógrafos como en ruedas de prensa, les ha dicho algunas barbaridades. Incluso se ha enfrentado con el Comité Olímpico australiano. De hecho, renunció a participar en los Juegos de Río de Janeiro por considerarse injustamente tratado por aquel.
En cambio, no puede negársele al australiano que a veces tiene respuestas ingeniosas. Por ejemplo, cuando, tras perder en Toronto contra Shapovalov, dijo que había estado entrenando más al Pokémon Go que al tenis.
En conclusión, Kyrgios tiene unas magníficas cualidades para el deporte de la raqueta. Pero debe mejorar tanto en educación como en deportividad y disciplina.