La asociación de consumidores equipara el actual mecanismo al fallido e ineficaz servicio de reclamaciones del Banco de España que ni es vinculante ni las propias empresas lo cumplen.
ADICAE denuncia que la Directiva europea traspuesta en noviembre de 2017 no se está cumpliendo ya que obliga a las compañías aéreas a que el sistema de resolución extrajudicial sea de “aceptación obligatoria y resultado vinculante”
ADICAE cree que ha llegado el momento de facilitar las reclamaciones a los miles de consumidores que se ven atrapados año tras año por las compañías aéreas que vulneran sus derechos al modificar o no prestar los servicios contratados.
La Directiva europea que entró en vigor en 2018 estableció diferentes derechos de reembolso e indemnización cuando las aerolíneas incumplan el contrato y causen perjuicio a los usuarios. Sin embargo ni la directiva, por su incumplimiento, ni la AESA están garantizando que los consumidores disfruten de los servicios en caso de huelgas como las que estamos afrontando estos días.
El actual servicio de reclamaciones extrajudicial, donde las aerolíneas incumplen hasta el 90% de las quejas de los consumidores, se ha mostrado totalmente ineficaz y fallido, como ocurre en otros ámbitos como el financiero y el servicio de reclamaciones del Banco de España.
Por todo ello, ADICAE cree que todos los derechos que tienen los pasajeros en materia de alojamiento, compensaciones económicas o devoluciones deberían ser automáticos. La asociación considera que es necesario una revisión en profundidad del actual marco para corregir estas situaciones de indefensión del consumidor.
La ley 7/2017 de 2 de noviembre relativa a la resolución alternativa de litigios en materia de consumo (que traspone la Directiva Europea) establece en la disposición adicional segunda la obligación de Fomento de regular por una orden ministerial estos mecanismos en materia de transporte aéreo que deben ser de “aceptación obligatoria y resultado vinculante para las compañías aéreas”.
Ni las sanciones económicas, ni los reembolsos o reconocimiento de indemnizaciones por el incumplimiento del contrato han servido para poner freno a los abusos de las compañías aéreas que verano tras verano vulneran de manera flagrante los derechos de los consumidores.