La aldea de Asiegu (Cabrales) ha sido galardonada con el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2019, según hizo público hoy en Oviedo el jurado encargado de su concesión.
La aldea de Asiegu (Cabrales) ha sido galardonada con el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2019, según hizo público hoy en Oviedo el jurado encargado de su concesión.
El jurado de este Premio –convocado por trigésimo año consecutivo por la Fundación Princesa de Asturias– estuvo presidido por Francisco Rodríguez García, presidente de Reny Picot; e integrado por Amada Álvarez Pico, presidenta de la Asociación de Guisanderas; Xuacu Amieva Celorio, gaitero; Lorenzo Arias Páramo, profesor titular de Historia del Arte; Rosario del Camino Fernández-Miranda, abadesa del Real Monasterio de San Pelayo; Yolanda Cerra Bada, presidenta de la Asociación Asturiana de Antropología y Patrimonio Etnológico; Felipe Fernández García, doctor en Geografía y catedrático de Análisis Geográfico Regional; Rosa Fernández Rubio, alpinista; Francisco González Orejas, director en funciones de la RTPA; Cristina Jerez Prado, red de Clubes de Lectura de Bibliotecas Públicas; Juaco López Álvarez, director del Museo del Pueblo de Asturias; Marta Magadán Díaz, editora; Juan José Menéndez García, presidente del Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida Faba Asturiana; Marta Pérez Pérez, directora de Valnalón; Jorge Suárez Díaz, presidente de la Asociación Asturiana de Empresa Familiar; Mario Suárez Porras, fotógrafo; José Tuñón Huerta, director de la Fundación Oso Asturias; Etelvino Vázquez Pérez, director y actor; y Fernando Delgado Álvarez, periodista y secretario del jurado.
Asiegu es una aldea del concejo oriental de Cabrales, situado en la vertiente meridional de la sierra del Cuera, a unos cuatrocientos metros de altitud. Con una población de 98 vecinos, su emplazamiento constituye un privilegiado balcón desde el que observar, al sur, los macizos de alta montaña de los Picos de Europa. En su entorno se encuentran yacimientos arqueológicos como la cueva prehistórica de la Covaciella (descubierta en 1994 y declarada Patrimonio Mundial por la Unesco como parte del arte rupestre paleolítico del Norte de España), lo que certifica que se trata de una zona poblada desde tiempos muy remotos, como también se desprende del descubrimiento a principios del siglo XX de un grupo de catorce hachas datadas entre 1700 y 1500 a.C., conocidas como las “hachas de Asiegu” y que actualmente se encuentran en el Museo Arqueológico de Asturias, además de un enterramiento con ajuar funerario, que por el tamaño de los restos fue conocido como la tumba del “gigante de Asiegu”. También hay en el pueblo restos de una construcción defensiva, conocida como El Castru, que en el siglo XVIII era ya descrito como el castillo de Asiegu. El pastoreo y la ganadería han sido, durante siglos, la fuente de riqueza tanto de Asiegu como de todo el concejo de Cabrales y la elaboración de quesos para aprovechar el excedente lácteo constituyó también desde antiguo un rasgo característico, figurando referencias al queso de Cabrales en escritos de Jovellanos. El barrio de La Caleya constituye el núcleo primitivo del pueblo, donde se observa la arquitectura tradicional asturiana de corte popular, con varias casas de corredor, mientras que la conocida como la casa de El Cuetu de las Abellotas, el barrio más alto de Asiegu, es uno de los vestigios constructivos más antiguos que se conservan y que tiene su origen en una posada de origen medieval.
Los vecinos crearon en 1999 la Asociación Cultural Asiegu XXI para recuperar la conciencia de comunidad y la iniciativa vecinal perdida por la crisis del mundo rural. Una de sus primeras acciones fue la recuperación de fotografías históricas sobre algunos logros de la comunidad vecinal y su publicación en calendarios monográficos, por ejemplo, sobre la construcción de la carretera o la escuela. Asiegu XXI impulsó la realización de diversos trabajos comunales, como la mejora de las infraestructuras para el pastoreo, la renovación del tendido eléctrico y el alumbrado público y las traídas de agua. También dotó de uso a la antigua escuela, rehabilitada por el Ayuntamiento, como centro social para los vecinos. A principios del siglo XXI, los vecinos aprovecharon el proceso de concentración parcelaria de Asiegu impulsado por el Gobierno asturiano para, a través de cesiones, reservar suelo para la ampliación de la carretera, construir dos rondas de circunvalación, una nueva red de pistas de acceso suprimiendo las antiguas servidumbres de paso y un aparcamiento, así como la mejora del acceso al cementerio. Este proceso también permitió la construcción de equipamientos colectivos, como una pista donde se celebra la fiesta de San Roque desde 2007 y que en 2017 se adecuó como pista polideportiva, el mirador y área recreativa de El Naranxu y una nueva bolera. Entre las iniciativas vecinales más recientes se encuentra el apadrinamiento de bancos colocados por el Ayuntamiento con vistas a los Picos. Actualmente, Asiegu cuenta con dos queserías acogidas a la DOP Queso de Cabrales, varios alojamientos de turismo rural y el itinerario Ruta’l Quesu y la Sidra. Con cuatro rebaños de oveja xalda, Asiegu se ha convertido en referencia en la recuperación, manejo y promoción de esta raza autóctona. El pueblo fue el primer núcleo de población de Asturias en instalar una red interna para conectar varios hogares a internet y dar cobertura a la mayada de Tebrandi.
El Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias se ha constituido a lo largo de sus ediciones en una de las actividades de la Fundación de más amplia y mejor acogida dentro del Principado, al estar destinado a galardonar “al pueblo, aldea, núcleo de población, espacio paisajístico o grupo humano del Principado de Asturias que haya destacado de modo notable en la defensa y conservación de su entorno natural, ambiental, de su patrimonio histórico, cultural o artístico, en iniciativas de impulso económico y social o en la realización de obras comunales u otras manifestaciones de solidaridad sobresalientes”.
Este galardón se convocó por primera vez en 1990, al cumplirse el décimo aniversario de la Fundación, y tiene una naturaleza y carácter diferentes a los Premios Princesa de Asturias. Su dotación económica es de veinticinco mil euros.
En esta edición concurrían un total de 26 candidaturas.