La forma en que iluminamos los lugares donde vivimos y trabajamos tiene un gran impacto en cómo nos sentimos. También tiene un gran impacto en el medio ambiente. El tipo de bombillas, el tipo de energía y los hábitos que mantenemos son significativos para la mejora del entorno que nos rodea.
La sociedad está cambiando y tiende a tener mayor responsabilidad y conciencia en favor del cuidado del medio ambiente. Todo empieza por las propias acciones de las personas. El gasto energético y, concretamente, la iluminación en los hogares o empresas se sitúan como una baza principal para ser cada vez más verdes.
No hay instalación o diseño de iluminación que no tengan en cuenta el medio ambiente para implementar las mejores luces amigables con el entorno. Vamos a nombrar dos buenas opciones para obtener una profesional iluminación a la vez que estamos ayudando a conservar el medio ambiente.
Iluminación LED
Los LED, o diodos emisores de luz, son una tecnología que permite iluminación extremadamente eficiente y duradera.
Una bombilla LED puede reducir el consumo de energía en un 80 - 90% y durar alrededor de 100.000 horas. Incluso se encienden más rápido que las bombillas normales.
La tecnología LED emite luz en 180 grados. Cualquier otro tipo emite luz 360 grados aumentado el foco y reduciendo la luz. Otro tema muy interesante que aporta la iluminación LED es que son muy versátiles y puedes encontrar diferentes alternativas desde iluminación con tubos led hasta pequeñas bombillas fáciles de instalar en cualquier lugar.
Y no olvides que las soluciones de iluminación LED no tienen los problemas ambientales comunes de las soluciones de iluminación tradicionales. Estas contienen mercurio u otros productos nada amigables con el medio ambiente, requiriendo un especial reciclado al final de la vida útil del producto.
Iluminación CFL
Las bombillas CFL (lámpara fluorescente compacta) son un tipo muy común de bombilla de bajo consumo. Son otra alternativa de bajo consumo de energía para apagar las bombillas incandescentes tradicionales. Las CFL generalmente usan 60 - 80% menos energía que una luz incandescente, los halógenos usan 20 - 30% menos y los LED usan un sorprendente 90% menos.
Las CFL son un buen compromiso entre el precio de compra y el ahorro de energía. Tienen una larga vida útil pero no tanto como la alternativa LED, pero es mejor que la que ofrece los halógenos, que duran más de 2,000 horas.
Una de las principales quejas sobre las bombillas CFL es que tardan un poco en calentarse y encenderse cuando se utilizan por primera vez, esto no las hace adecuadas para escaleras o baños, ya que tardan en alcanzar su brillo máximo.
Aunque en lo que no debe haber ningún tipo de dudas es su cualidad amigable en favor del medio ambiente, siendo una energía muy efectiva en términos de consumo y gasto.
Ambas tecnologías son un referente dentro de la denominada iluminación verde, tendencia que ya es toda una realidad en contextos de uso personal y uso industrial.