El inicio emocionante de una nueva era en computación

El inicio emocionante de una nueva era en computación

Nacido en Murcia hace 43 años y criado en Madrid, este ingeniero y doctor en nanoestructuras por el MIT está al frente del organismo de investigación corporativa más grande del mundo. IBM Research cuenta con más de 3.000 científicos, repartidos por 12 laboratorios de seis continentes. El objetivo es liderar la informática del futuro, marcada por los avances en inteligencia artificial y computación cuántica. FOTO: El ingeniero español Dario Gil fue nombrado director mundial de IBM Research el pasado mes de enero.  Fernando Núñez  IBM

 

Ana Hernando Ana Hernando SINC.-Darío Gil (Murcia, 1975) vive a una hora en coche de la ciudad de Nueva York, cerca de la sede de IBM Research, la organización de I+D del gigante informático, que dirige desde el pasado mes de enero. 

Ha tenido una carrera meteórica en IBM. Anteriormente, había ocupado, entre otros cargos, la vicepresidencia de inteligencia artificial y computación cuántica de la compañía. Además, bajo su liderazgo, la empresa se ha convertido en la primera del mundo en construir ordenadores cuánticos programables y hacerlos universalmente disponibles a través de la nube.

Gil charló con Sinc durante una reciente visita a Madrid en la que se dio a conocer una alianza con el CSIC. Gracias a este acuerdo, el mayor organismo de investigación español formará parte de la red IBM Q Network y tendrá acceso los ordenadores cuánticos en la nube de la multinacional para experimentación en este ámbito.

“Estamos pasando de una informática basada en bits a otra que incorporará el concepto de neuronas y los quantum bits, que unen física e información”

¿Cómo se lleva dirigir la división industrial de I+D más grande del mundo?

He tenido la gran fortuna de ser elegido para liderar IBM Research, que el año que viene cumplirá 75 años de existencia. Soy su duodécimo director. Contamos con 3.000 científicos, en 12 laboratorios en seis continentes y nuestro foco es seguir avanzando en el futuro de la computación.

¿Cómo será ese futuro?

Vivimos en un momento muy interesante porque va a haber un contraste muy grande entre lo que ha sido la informática de las últimas décadas y lo que será en los próximos 10 o 20 años. Por resumir, vamos a pasar de una informática, que está basada en bits de ceros y unos, a otra que va a incorporar el concepto de neuronas –con inspiración de la biología dentro de la inteligencia artificial– y los cúbits [quantum bits], que es la intersección de la física y la información. En esta combinación estará el futuro de la computación. Y como empresa estamos muy enfocados en crearlo, definirlo y hacerlo accesible a instituciones y a la sociedad.

IBM es un agente muy potente en computación cuántica, pero también han entrado grupos como Google y Microsoft.

Sí, pero hay que diferenciar. En el caso de Microsoft, por ejemplo, creo que están haciendo un esfuerzo teórico que es interesante, pero no tiene ninguna implementación de hardware como sí es el caso de IBM. Hace tres años fuimos la primera compañía en construir un ordenador cuántico accesible desde la nube de manera universal para promover la experimentación en este campo. Además, en enero anunciamos el primer ordenador cuántico integrado para uso comercial, con una potencia de de 20 cúbits.

Pero sí, dada la importancia que va a tener, creo que la computación cuántica se va a convertir en una prioridad para todas las compañías importantes e incluso para los países.

¿En qué sentido?

Creo que vamos a ver inversiones desde el punto de vista de grandes empresas, pero también en el ámbito de los emprendedores y en el de capital riesgo, donde hay un creciente interés por la computación cuántica. También estamos viendo esfuerzos muy relevantes de instituciones como la Universidad de Maryland en investigación de iones atrapados o la de Yale, que está creando start-ups en el ámbito de la computación cuántica.

“La computación cuántica se va a convertir en una prioridad para todas las compañías importantes e incluso para los países”

Pero IBM juega con ventaja en computación cuántica.

Sí, IBM tiene una posición de privilegio. Llevamos trabajado en computación cuántica desde los años 70, primero en la base teórica y, desde hace ya 20 años, en el ámbito experimental. Es un esfuerzo que se ve recompensado en el avance que tenemos a día de hoy.

Desde que hicimos accesibles nuestros ordenadores cuánticos en la nube hace tres años, se ha creado una verdadera comunidad. Ya se han hecho más de 18 millones de experimentos en el mundo y se han publicado 160 artículos científicos, explorando todo tipo de áreas en computación cuántica. Y, como decía antes, cada vez va a haber más entusiasmo de hacer inversiones en este campo desde muchos sectores.

Dario Gil _IBM_Research

Darío Gil.  IBM Research

Este tipo de tecnología está todavía muy enfocada en la ciencia básica, ¿no?

Después de décadas de inversión en ciencia básica –que habrá que continuar si queremos avanzar–, ahora estamos en un punto de inflexión en el que las instituciones tendrán que estar listas para aprovechar la ‘ventaja cuántica’. Vamos a empezar a utilizar esta tecnología y a entender cómo se procesa la información. Creo que en la próxima década podremos comenzar a usar estos sistemas para resolver problemas que sean imposibles de abordar con la informática tradicional. Habrá muchas implicaciones y ventajas para la ciencia, la economía y los negocios.

¿Y cuándo cree que aterrizará en el mundo real?

Seguiremos muy enfocados en los aspectos científicos para avanzar, pero pronto podremos empezar a sacarle un partido real en campos como la simulación de moléculas, que tendrá un gran impacto en los entornos de las compañías farmacéuticas y químicas. Su potencial también podrá ser aprovechado para lograr sistemas globales de logística y cadenas de suministro más eficientes. Y en finanzas servirá para encontrar nuevas formas de modelar los datos financieros y aislar factores de riesgo. Todo ello, sin olvidar la mejora de modelos relacionados con el machine learning y los sectores de la seguridad y criptografía.

“Pronto podremos empezar a sacarle partido a esta tecnología en campos como la simulación de moléculas y en aplicaciones financieras”

¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta ahora mismo la tecnología cuántica?

Los desafíos son muchos porque, aunque tengamos estos primeros ordenadores programables cuánticos universales, todavía tienen errores. Estamos en una fase donde la corrección de estos errores –algo que damos por asumida en la informática clásica– aún no está implementada en esta nueva computación, debido al tamaño de estos ordenadores.

Existen limitaciones en el tipo de algoritmo que se puede ejecutar, la duración del cálculo, etc. Otras cuestiones que tendremos que resolver son la mejora de la calidad de los dispositivos, de nuestros procesadores cuánticos y de los cúbits en sí mismos para que tengan más coherencia. Los cúbits son muy susceptibles a las interferencias, y el alargamiento del tiempo en el que pueden mantener su estado cuántico, conocido como ‘coherencia’, se ha convertido en uno de los principales retos.

Suena todo muy complejo.

Lo es. Va a haber desafíos a todos los niveles. También desde el punto de vista de ciencia de los materiales, la gestión de la información y en áreas como la criogenia, ya que estos sistemas funcionan en temperaturas de cero absoluto. Siempre digo que un ordenador cuántico es uno de los lugares más fríos del universo. Pero todo esto como investigador lo veo como algo positivo porque es muy bonito. Es como si estuviéramos otra vez en los años 40 del siglo pasado, antes de que pudiéramos soñar que íbamos a tener semiconductores, la ley de Moore y demás.

Siempre me gusta recordar que en computación clásica, solo en el ámbito de semiconductores, en ir avanzando de nodo a nodo con la ley de Moore, el mundo invertía y ha seguido invirtiendo 300.000 millones de dólares al año en I+D. A mi me encantaría llegar a un momento en el que tengamos decenas de miles de ingenieros ocupados en el avance de la computación cuántica como lo hemos hecho con la informática clásica.

¿Estamos entonces en el nacimiento de una nueva era informática?

“El acceso a los ordenadores cuánticos de IBM en la nube por el CSIC y otras instituciones impulsará la experimentación en este campo en España”

En 1944 los británicos desarrollaron el que se conoce como el primer ordenador digital, llamado Colossus, que se utilizó para decodificar las comunicaciones cifradas alemanas en la Segunda Guerra Mundial. Si hubiéramos vivido en esa época y nos hubieran preguntado para qué otras cosas iba a servir, no habríamos tenido ni idea. Ahora llevamos una evolución de esos ordenadores en nuestros bolsillos [saca un móvil] y entendemos la revolución que ha supuesto. Creo que vivimos un momento parecido en el que la informática cuántica está emergiendo como tecnología por primera vez. Estamos en el inicio de una nueva era en computación y es muy emocionante.

Un ordenador cuántico no es más que un sistema que es capaz de crear y manipular cúbits, igual que uno clásico crea y manipula bits, pero dado que hemos incorporado la física en este principio de computación, nos da una capacidad exponencial para resolver determinados problemas que no se podrían abordar con la informática clásica, ni siquiera con el supercomputador más potente.

En el anuncio del acuerdo con el CSIC se ha dicho que España lleva retraso en computación cuántica porque hasta ahora se ha trabajado sobre todo en el ámbito teórico. ¿De qué manera va a impulsar la experimentación esta alianza?

El acceso a los ordenadores cuánticos de IBM en la nube y a la red de Q Network va ser muy positivo para impulsar la experimentación en computación cuántica en España. Además, va a tener un carácter muy horizontal. No solo va a ser el dominio de los físicos o de aquellos que podían hacer experimentos con cúbits en un laboratorio; ahora, los matemáticos, los ingenieros, los expertos en materiales, los químicos o los que trabajen en inteligencia artificial van a poder participar. Habrá quien decida hacerlo a nivel de hardware, otros, en software o en aplicaciones. Creo que vamos a dotar al CSIC y a la comunidad científica española de una capacidad muy horizontal y me parece apasionante. 

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