Voluntarios de la asociación SOS Burundi regresan a Asturias tras distribuir los cerca de 4.000 kilos de diferente material sanitario y educativo, más de medio centenar de bicicletas y una ambulancia donada por la Fundación del Transporte Sanitario de Asturias La entidad gijonesa se ha comprometido a impulsar varias becas de estudio para alumnos de la escuela de Ntita, una de las zonas más desfavorecidas del país centroafricano donde Fernando Fueyo ejerció de misionero en la década de los años setenta
Gijón, 6 de julio de 2019.- Ghyslaine Ndayikeje tiene 14 años y a diario camina tres horas por pistas de tierra para ir al colegio y volver a su casa. Ocho kilómetros de ida y otros ocho de regreso. A partir del próximo curso podrá realizar ese trayecto en una de las flamantes bicicletas que le ha entregado SOS Burundi fruto del convenio de colaboración suscrito por esta asociación con el Ayuntamiento de Gijón para impulsar un proyecto de género. Como Ghyslaine, otras 33 niñas de su misma escuela tienen ya un medio de transporte. Durante estos últimos días su compañera Diane Ndayikengurunike está realizando las labores de monitora para enseñarles a andar en bicicleta y poco a poco progresan en su empeño. Esas dos ruedas cambiarán sus vidas. El acto oficial de entrega de las mismas tuvo lugar el pasado 25 de junio en Ntita, una zona rural situada en el centro de Burundi donde Fernando Fueyo, párroco de la iglesia de San Nicolás de Bari y capellán del Real Sporting, ejerció de misionero en la década de los años setenta.
Allí varios voluntarios de SOS Burundi se comprometieron con el director del Lycee Sainte Croix –así se llama la escuela- a impulsar varias becas de estudio tanto en Primaria como en Secundaria y acordaron poner en marcha la primera beca universitaria de cara al año 2020. Además de las 34 bicicletas, los voluntarios repartieron decenas de cajas con diferente material educativo donado por particulares y entidades como la Federación Asturiana de Fútbol, el Real Sporting, el Club Deportivo Arenal, la Farmacia Pajín o el Colegio San Vicente de Paúl de Gijón, por citar algunos. También entregaron material sanitario al doctor Polycarpe Ndayikeza, director del Hospital de Ntita, un centro que presta servicio a más de 200.000 habitantes y cuyas carencias son tan evidentes que empiezan por la falta de agua caliente. Toda esta mercancía, incluida una ambulancia de la marca Mercedes donada por la Fundación del Transporte Sanitario de Asturias, partió el pasado mes de febrero del puerto de El Musel en un contenedor de cuarenta pies. Los voluntarios acordaron entregar el vehículo, el segundo de estas características que presta servicio en Burundi, a los responsables de un dispensario médico próximo a Gitega, la recientemente nombrada capital del país, uno de los más pobres del mundo en donde el 56 por ciento de los niños menores de 5 años presenta desnutrición crónica, según las últimas cifras que maneja Unicef. Durante su estancia en Burundi, los voluntarios asturianos coordinaron la distribución de varios ordenadores y la veintena de bicicletas facilitadas por el Real Grupo de Cultura Covadonga para un segundo uso tras acordar con la Fundación Asturiana de la Energía y el consistorio local su cesión a esta iniciativa solidaria y que ya prestan servicio a la población más desfavorecida de zonas como Gitega, Muyuga o Rabiro.
SOS Burundi es una asociación con sede en Gijón que nació en 2014. Presidida por Lucía Menéndez Viejo, desde su fundación ha distribuido más de 150.000 euros en ayudas a diferentes zonas y proyectos en el país. En 2017 gracias a las aportaciones económicas de la entidad se construyó una pasarela de 28 metros sobre el río Murago, el pasado ejercicio contribuyó a dotar de equipamiento el centro de salud de Muyuga y a la construcción de aseos en la escuela de Kivogero.