La aparición de un caso autóctono de rabia canina genera la preocupación en la Veterinaria de Salud Pública
SIVEPA (Sindicato Veterinario Profesional de Asturias) propone la agrupación orgánica de los Veterinarios Oficiales en Sanidad, la consideración sanitaria de los centros veterinarios y la vacunación obligatoria para un mejor control de la rabia y otras zoonosis.
Oviedo a 26 de junio de 2019. El año pasado, dos personas tuvieron que ser tratadas contra la rabia debido a mordeduras de murciélagos infectados. Ahora se acaba de confirmar la rabia en un cachorro de 3 meses en Ceuta, siendo el virus canino mucho más peligroso para los humanos.
Debido a este caso, podría activarse el ‘Plan de contingencia para el control de la rabia en animales domésticos en España’”, que obliga a la vacunación de los perros en todas las comunidades autónomas.
SIVEPA denuncia que en el Principado de Asturias existen deficiencias en el control oficial de la rabia que pueden contribuir a la aparición de nuevos casos, como son la falta de vacunación obligatoria, la división administrativa del Cuerpo Oficial de Veterinarios o la no consideración de centros sanitarios de los centros veterinarios.
El propio Ministerio de Sanidad advierte que, el hecho de que la vacunación de rabia no sea obligatoria en algunas comunidades como Asturias, en la que sólo es obligatoria para los perros potencialmente peligrosos, hace que la protección frente a la enfermedad no sea homogénea en toda España. Esto, unido a que nuestro país es lugar de paso de una enorme cantidad de viajeros con sus mascotas, el tráfico ilegal de perros de países de Europa del Este y la presencia de rabia en Marruecos, hacen que el propio Ministerio reconozca la posibilidad de aparición de nuevos casos.
Por otra parte, aunque los Veterinarios Oficiales son los competentes en el control de la sanidad de los alimentos y la defensa frente a las zoonosis (enfermedades transmitidas entre animales y personas como la rabia), en nuestra Administración, este cuerpo sanitario se halla dividido en tres consejerías, Sanidad, Desarrollo Rural y, en menor medida, Medio Ambiente. La Consejería de Sanidad controla básicamente la seguridad de los alimentos, la de Desarrollo Rural controla las zoonosis sobre el animal vivo y la producción primaria de alimentos, y la de Medio Ambiente la sanidad de la fauna silvestre. Esto genera descoordinación y, potencialmente, disparidad de objetivos e incluso conflicto de intereses a la hora de controlar la seguridad alimentaria y las zoonosis frente a otros objetivos. El depender orgánicamente de diferentes autoridades, inevitablemente genera descoordinación y además, el objetivo principal de la Consejería de Desarrollo Rural es la mejora de la comercialización y la producción agrícola y ganadera, con lo que, de manera colateral, las zoonosis que no tienen repercusión en estos aspectos pasan a estar en un segundo plano o directamente no se controlan. Es por esto que la OIE (ahora Organización Mundial de Salud Animal) ya publicó y denunció en su momento que la división orgánica de los cuerpos veterinarios oficiales causaba un descenso acusado y comprobable de la calidad de la defensa de la Salud Pública.
Por otro lado, pese a que la propia Ley General de Sanidad y la Ley General de Salud Pública obligan a que el control de las zoonosis lo ejerza la autoridad sanitaria, entre otras cosas para evitar conflictos de intereses, la Nueva Ley del Principado de Asturias de Salud, en su redacción, ha expulsado del Sistema Sanitario Público a todos los veterinarios de la Dirección General de Ganadería, y con ellos a todo el control de las zoonosis sobre el animal vivo, entre ellas, la rabia. La rabia ya no la controla el Sistema Sanitario Público en Asturias.
A sumar a esto, en el Principado, al igual que en otras comunidades, los centros veterinarios no están considerados “centros sanitarios”, por lo que, pese a ser los lugares más importantes para la detección, comunicación y control de zoonosis, no están integrados en una red de alerta y comunicación rápida protocolizada con las autoridades sanitarias.
Ante esta deficiente situación para la calidad de la Salud Pública se hacen necesarias ciertas actuaciones que, además, no deberían suponer un coste adicional para la Administración del Principado: la agrupación orgánica de todos los Veterinarios Oficiales en el Servicio de Salud del Principado de Asturias, la vacunación obligatoria de la rabia para todos los perros de la comunidad autónoma y la consideración legal de centros sanitarios de todos los centros veterinarios con la creación de una red de alerta temprana de zoonosis que los una a la autoridad sanitaria.
Esperamos que prevalezca la sensatez y el interés general en defensa de la Salud Pública y nuestros políticos y altos cargos de la Administración se hagan eco y desarrollen estas medidas.