Sete Benavides no recuerda haber "llorado tanto" como el día que perdió medalla en JJOO 2012 y dice que 7 años después "se hace justicia" al reconocerle bronce
Madrid.- El español Sete Benavides confiesa que no recuerda en su vida "un día que haya llorado tanto" como cuando quedó cuarto en la final de C1 200 en los JJOO de Londres 2012 y asegura que 7 años después se hace "justicia" al asignarle la medalla de bronce tras la sanción por dopaje del lituano Jevgenij Shuklin, con el que revela que se lleva "muy bien".
El Comité Olímpico Internacional anunció ayer la descalificación, que supondrá la adjudicación de la medalla de bronce al canoista balear Alfonso 'Sete' Benavides, que acabó en cuarta posición en la regata disputada en el campo de regatas de Eton Dorney el 11 de agosto de 2012, por detrás del ucraniano Yuri Cheban, el lituano Shuklin y el ruso Sthyl, primero, segundo y tercero, respectivamente.
Sete confiesa que recibir la medalla de bronce 7 años después le permitirá "corroborar el buen trabajo" que estaba haciendo en ese momento, prolongado todos estos años, si bien "no es lo mismo que haberlo celebrado allí"."A nosotros nos han quitado ese momento, pero bueno al final se hace justicia, que es lo más importante", apunta.
El mallorquín rememora aquel momento: "Mi sentimiento fue muy fue duro. Hice piragüismo por diversión y siempre ha sumado, pero yo no recuerdo un día que haya llorado tanto como cuando acabe la final y durante la tarde y después al día siguiente también. Llegar a competir en unos Juegos Olímpicos es muy complicado y acceder a una final olímpica todavía más, así que se escape la medalla por una décima pues la verdad que me sentó fatal.
En ese momento pensé que los que me habían ganado eran mejores, y resulta que al cabo de 7 años pues ha salido uno que no ha sido mejor sino que lo ha hecho haciendo trampas, pero bueno no me voy a meter en eso".Benavides, que se lleva "muy bien" con Shuklin, entiende que: "No soy nadie para hacer juicio de valores sobre lo que tienen que hacer los demás.
Cada uno es dueño de sus actos y si lo ha hecho mal lo tiene que pagar. Está claro que si al final me dan la medalla a mí me molestara no haber vivido mi momento pero es él quien tiene que saber si las cosas las ha hecho bien o mal y listo".
A Sete le gustaría que el acto de entrega de la medalla olímpica, aunque "ya no puede ser como hubiera sido en unos Juegos Olímpicos", fuera en un "campeonato o similar con el ruso Sthyl al lado, en un podio al que pudiéramos subirnos como medallistas olímpicos", para celebrarlo con su familia, sus amigos y sus compañeros del club, por "todo lo alto con todos los que han estado a lo largo de estos 10 años".Comenta que está recibiendo "muchísimos mensajes de gente conocida, de amigos, familiares, personas que ni conozco. Me siento muy querido, no sabía que había tanta gente apoyándome, la verdad que estoy muy agradecido".En opinión del canoista del Club Port de Pollença, con el reconocimiento del podio de Londres 2012 el deporte devuelve un poco lo que le debía a él y a su entrenador Quico Martín.
"Trabajamos mucho, cuando acabamos entonces nuestro pensamiento era ir a por la medalla olímpica en Río, lo intentamos y otra vez quedamos cuartos. Si hubiéramos sido terceros directamente yo creo que hubiera sido muy diferente. Hay que saber adaptarse a las situaciones, al final estamos contentos porque si ahora llega el bronce habrá justicia", determina.Sobre la incidencia que tendrá la medalla de bronce en su carrera actual, Sete afirma: "No va a influir mucho.
Esta medalla del pasado hay que disfrutarla si llega ahora y celebrarlo. Intentamos planificar temporada a temporada para no desgastarnos mucho porque 4 años es un plazo lejano, pero a lo mejor para París 2024 si cambian todas las distancias a 500 metros puede que sea un empujón para poder ir a luchar por la clasificación olímpica".El mallorquín Sete Benavides fue cuarto de nuevo en los Juegos de Río 2016, en los que el piragüismo se convirtió en el deporte español que más medallas aportó al conseguir cuatro del total de las 17 obtenidas por el país (Chourraut en K1 en eslalon, y Cooper en K1 1.0000 metros, Craviotto en K1 y Craviotto-Toro en K2, ambas en 200 metros).
El balear se proclamó este mes bimedallista de la II Copa del Mundo de Esprint al lograr oro en C2 200 junto a su compañero Toni Segura y plata en C1 200. Con la medalla de bronce de Sete el piragüismo español eleva a 17 el número de podios olímpicos, manteniéndose en el segundo lugar del ránking en el histórico de las federaciones españolas por detrás de la vela con 19.