El candidato a la alcaldía, jefe de obras de Ribera de Arriba desde los años noventa, considera que "contar con gobiernos del mismo signo pone las cosas mucho más fácil"
El reto era importante: coger el bastón de mando de manos del alcalde más veterano de Asturias, de Ramón García Saiz, que gestionó Ribera de Arriba durante 32 años. Ahora Tomás Fernández le sucederá como alcalde y lo hará avalado por un resultado que, con casi el 60% de los votos de los habitantes del concejo, iguala en número de concejales al obtenido por su antecesor. Tomás Fernández percibe que el conocimiento del municipio que le ha reportado su dilatada experiencia como jefe de obras del consistorio riberano le ayudará en su nueva tarea al frente del Ayuntamiento, una responsabilidad que promete desempeñar con cercanía, sencillez y con el apoyo de un equipo al que elogia: «Con ellos atenderemos la confianza que nos han otorgado».
-¿Qué le animó a dar el paso?
-Al llevar 30 años trabajando en el municipio, lo que más me animó a afrontar esta tarea fue el conocimiento que tengo del territorio, del Ayuntamiento y de los vecinos. Al fin y al cabo, eso es para mí lo más importante. Mi mayor satisfacción es poder seguir trabajando para este municipio, como lo llevo haciendo durante tres décadas con distintos equipos de gobierno.
-¿Le ha dado Ramón García Saiz algún consejo?
-Pensar mucho las cosas antes de tomar decisiones, consensuarlas y, si hay duda, asesorarse para no meter la pata. Ya sabemos que hoy en día se hace un grano de arena del más mínimo error.
-En efecto, ser jefe de obras municipal reporta, a priori, un bagaje importante para afrontar las necesidades del concejo. ¿Se propone aplicar sus conocimientos técnicos para resolver problemas en Ribera de Arriba?
-Como ya comenté, llevo más de tres décadas resolviendo problemas en Ribera de Arriba y necesidades más o menos importantes. Son los vecinos los que te llaman y te las plantean, y cada día tratas de resolverlas de la mejor manera y en el menor tiempo posible dando siempre prioridad a las más importantes, las que afectan a los servicios públicos: agua, alumbrado, limpieza, abastecimientos,… Después hay que abordar otras ideas para mejorar otros ámbitos no menos importantes, como infraestructuras, señalización,…
-A lo largo de la campaña ha citado como prioridad dar una solución a las consecuencias de las riadas. ¿Es ese el primer problema que va a abordar?
-Es una de mis prioridades. Llevo años sufriendo este problema y tratándolo de resolver mediante soluciones provisionales, como el alquiler de generadores, de bombas,… etcétera. Ahora quiero hacer unos pozos de tormentas de gran capacidad, totalmente instalados con sus bombas y conectados a la red general para poder actuar de manera rápida en caso de crecidas. De ese modo no tendremos que depender de alquileres. El problema que genera alquilar equipos es que, en ocasiones, no existen suministros disponibles porque los ríos suelen desbordarse a la vez en los municipios por donde el Nalón, el Caudal, el Sella u otros ríos pasan. Esta es la parte que al Ayuntamiento le corresponde. Pero no debemos olvidarnos de que necesitamos autorización de la Confederación Hidrográfica, organismo dependiente del Estado.
-Encara el mandato con gobiernos socialistas en Asturias y en España. ¿Cómo va a beneficiar esa alineación de siglas a los vecinos y vecinas de Ribera de Arriba?
-En campaña pedí el voto para los candidatos a presidir ambos gobiernos, aludiendo al dicho de que juntos somos más fuertes. Pienso que, a la hora de trabajar y de llegar a acuerdos, contar con gobiernos del mismo signo pone las cosas mucho más fácil, ya que nuestras ideas y la forma de llevarlas a cabo son coincidentes.
Veo particularmente en Adrián Barbón, cuyo gobierno es el que me toca más de cerca, un gran futuro presidente, coloquial, sencillo, cercano, tal y como me hizo sentir en las ocasiones recientes en las que hemos coincidido. No obstante, mi equipo de gobierno tiene que ser lo suficientemente fuerte por sí mismo como para atender a la confianza otorgada por los riberanos y las riberanas, cuestión de la que, como no podía ser de otra manera, estoy totalmente convencido.