Pablo Carreño se despide del Masters de Roma tras perder en su debut tanto en singles como en dobles. El tenista de Gijón, paladín del deporte en Asturias, perdió el lunes ante el canadiense Denis Shapovalov por 6-3 y 7-6, y ese mismo día caía junto al portugués João Sousa en tres sets ante la pareja formada por Gilles Simon y Matwé Middelkoop.
Estos resultados agravan la mala racha que viene arrastrando el gijonés tras su regreso a las pistas en el torneo Conde de Godó de Barcelona, después de tres meses de baja. El pasado mes de febrero, Carreño sufrió una rotura muscular en el hombro derecho que le obligó a retirarse del Open de Córdoba (Argentina) y le impidió participar en torneos como el Masters 1000 de Indian Wells.
Pablo Carreño no empezaba mal el año, pese a arrastrar problemas físicos desde mediados de 2018. En el Open de Australia, alcanzaba los octavos de final, repitiendo por segundo año consecutivo su mejor resultado en este Grand Slam. Se enfrentó a un Top Ten como es el japonés Kei Nishikori en un partido muy emocionante. Se tuvo que llegar al quinto set y jugar el tie-break, un desempate que estuvo marcado por el incidente entre el tenista asturiano y el juez de silla. En una bola de Carreño, uno de los jueces de línea la cantó fuera; aun así, Nishikori devolvió la bola y la metió dentro. En la repetición se demostró que la bola de Carreño había sido buena, por lo que, según las normas, se debería haber repetido el punto. Sin embargo, el juez decidió darle el punto a Nishikori. Pese a que Carreño tenía razón, el gijonés acabó perdiendo los papeles y fue sancionado. Puede verse toda la secuencia a partir del minuto 9’20’’.
Tras el Open de Australia llegó la lesión en el hombro que le mantuvo tres meses inoperativo. En su regreso a la competición, Carreño declaró que era consciente de su falta de partidos y de que necesitaría jugar mucho para recuperar el ritmo.
De momento, parece que la recuperación no se está produciendo a la velocidad que sería deseable. Desde su regreso, Carreño solamente ha ganado los partidos de dobles, haciendo pareja con Feliciano López, que le llevaron a las semifinales del Conde de Godó. En el cuadro individual, cayó en primera ronda ante el francés Benoît Paire en tres sets. También en su debut y en tres sets, perdió en el Estoril Open de Portugal unos días después. En el Open de Madrid, la derrota fue ante el estadounidense Reilly Opelka en dos sets.
Tras el Masters de Roma, la próxima gran cita para Pablo Carreño es Roland Garros. El Grand Slam francés se juega a cinco sets por partido desde las primeras rondas, así que el gijonés necesitará aprovechar al máximo los días de descanso que tiene antes del comienzo de la competición el próximo 26 de mayo.
Un año más, y pese a que los resultados de la presente temporada no han estado a la altura de otros ejercicios, se espera que Rafa Nadal llegue a lo más alto en Roland Garros. Si el mallorquín volviese a imponerse en la final de la Philippe-Chatrier en esta edición, sumaría el 12º título de este Grand Slam. Sin embargo, este año la superioridad de Nadal no parece tan abrumadora como en otras ocasiones.
Nadal es el rey de la tierra batida sin ninguna duda, pero da la sensación de que ya hay candidatos a recoger el relevo. Son los jóvenes de la llamada “Next Gen” (próxima generación), como el austriaco de 25 años Dominic Thiem, finalista en Roland Garros el año pasado, o el griego de 20 Stefanos Tsitsipas, que ha sido subcampeón del Open de Madrid tras eliminar a Nadal. Ellos amenazan el reinado de los “Big Three” (Nadal, Novak Djokovic y Roger Federer).
En una entrevista para Mundo Deportivo, Pablo Carreño reivindicaba precisamente la generación intermedia, la de jugadores como él mismo o como el italiano Fabio Fognini, quien recientemente ha ganado su primer Masters 1000 a los 31 años. Son tenistas capaces de superarse y sorprender constantemente, como esperemos que Carreño sea capaz de hacer en Roland Garros.
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