Madrid.AsturiasMundial.-Los líderes europeos han cumplido. Con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolás Sarkozy, a guisa de dinámico tandem tirando de resolución, los acuerdos han llegado a término, nada menos que tres de tres, tras más de diez horas de reunión. Se trata de un golpe para especuladores y desestabilizadores porque el acuerdo, dado a conocer en ruesda de prensa esta madrugada por el presidente francés que los calificó de "históricos", incluye la elevación del fondo de Estabilidad Financiera, conocido popularmente como el fondo de rescate, a más de 1 billón de euros ; la 'quita' a la deuda de Grecia del 50%, acordada por los bancos tras una reunión con Merkel y Sarkozy y, en el caso de España, la deuda no tendrá que depreciarse, aunque en la práctica sí lo hará en un 2%, mientras que la banca española no tendrá que pedir al Estado o el fondo de rescate los 17.000 millones de capital de máxima calidad que necesita, según confirmó el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero.

Los titulares de las ediciones digitales --el final de la cumbre se produjo esta madrugada, horas después del cierre de las ediciones impresas-- destacan en su mayoría la debilidad de Zapatero al haber admitido una depreciación encubierta del 2%, al tener que tasar la deuda a su valor real, y centran sus críticas en que la provisión por parte de la banca española de los 17.000 M€ que precisa retirará recursos para el crédito en un mercado que va recuperando su necesidad de él.

No obstante, el indudable efecto positivo de la Cumbre es el mensaje de unidad que lanzan los líderes europeos, así como la capacidad para responder por la deuda soberaana de los países que integran la zona Euro. Ese mensaje habrá de 'calmar' las aguas de la economía europea, así como las inquietudes de los países asiáticos, China principalmente, principales compradores de la deuda de los países europeos.

Visiones críticas como las que hoy titulan las primeras páginas de El País o El Periódico que se publican una vez que la cumbre ha alcanzado un pleno acuerdo, parecen olvidar que, como se temía el mismo miércoles, de no haberse logrado y con total claridad dicho acuerdo, habría aumentado la desconfianza de los mercados financieros y la inestabilidad en las bolsas, así como la depresión en la sociedad, uno de los principales lastres que impiden remontar la crisis, unido en España al excesivamente largo lapso de tiempo que media entre el anuncio de las elecciones generales y la celebración de los comicios, intrerregno que conlleva una paralización evidente de la actividad inversora así como del gasto en bienes y servicios.