Los partidos hablan cada vez más de medio ambiente, pero en sus programas falta compromiso y urgencia para abordar la crisis climática PSOE y Podemos obtienen la mejor nota, aunque necesitan un mayor grado de ambición y concreción frente al cambio climático. PP y Vox son los partidos que recogen un mayor número de suspensos en medio ambiente y defensa de derechos y libertades. Ciudadanos es el partido más opaco y el que más incertidumbres refleja en su programa
Madrid, 22 de abril de 2019-. Hoy, 22 de abril, cuando se celebra el Día de la Tierra,Greenpeace ha hecho público su análisis de los programas electorales para las elecciones generales 2019 en el que valora los compromisos ambientales incluidos en los programas de Ciudadanos, PP, PSOE, Podemos y Vox.
Greenpeace observa que las cuestiones medioambientales están cada vez más presentes en los programas electorales, pero que la transición ecológica está lejos de poder concretarse debido a la insuficiente ambición y concreción recogida en estos. Los programas de PSOE y Podemos son los que comprenden mejores propuestas medioambientales y en defensa de los derechos y libertades, mientras que Partido Popular y Vox suspenden en esta materia.
Greenpeace ha examinado el nivel de cumplimiento de los cinco partidos con respecto a 15 puntos específicos relacionados con el fortalecimiento de los derechos fundamentales y libertades públicas; la lucha contra el cambio climático y la oportunidad que ofrece la transición ecológica de la economía; la protección y conservación de la biodiversidad y la gestión de recursos naturales y el consumo sostenible, la gestión de residuos y la movilidad.
Tras la valoración realizada, llevada a cabo comparando las propuestas electorales de cada partido con las demandas presentadas por la organización, 69 medidas para proteger la vida y el Planeta, Greenpeace concluye que el PSOE es el partido con mayor cumplimiento de las 15 demandas de la organización ecologista (en cinco lo hace totalmente y en el resto muestra grandes avances); sin embargo, destaca que en todos los programas falta ambición y determinación para afrontar la urgencia climática.
“Queremos una ley de cambio climático que obedezca a la urgencia y ambición que exige la comunidad científica. Esta debería ser la primera medida que tome el futuro presidente del Gobierno y la primera ley que se tramite en el Congreso. La exasperante lentitud y cálculo partidista nos está costando la vida, nos está costando el planeta. Candidatos a la Presidencia del Gobierno, candidatas y candidatos al Parlamento: se lo deben a las personas, al planeta y sobre todo a la juventud que cada viernes sale a las calles para exigirles que estén a la altura del momento. Porque ellos no estarán a tiempo de solucionar el problema cuando se encuentren donde estarán ustedes tras las elecciones”, ha declarado Mario Rodríguez, director ejecutivo de Greenpeace.
El programa del PSOE, que tiene gran continuidad con su acción de gobierno de estos últimos meses, obtiene las mejores notas en las medidas relacionadas con el fortalecimiento de derechos y libertades públicas, autoconsumo energético y para abordar la pérdida de biodiversidad y la gestión de los recursos naturales, entre las que plantean la reforma de la Constitución para incorporar los principios rectores de la sostenibilidad al Art. 45. El resto de las medidas van en la dirección correcta, aunque aún no acaban de definirse o no tienen la suficiente ambición como ocurre con los objetivos fijados para la reducción de emisiones, gestión de los residuos o fiscalidad verde, en la que alcanza la mejor nota de todos los partidos, pero adolece de concreción.
Podemos cuenta con el segundo programa mejor valorado, aunque contiene ciertas incoherencias internas. El programa consigue las mejores puntuación en la defensa de derechos y libertades, así como en el desarrollo de la participación ciudadana en las energías renovables y la gestión del agua. Nueve de las medidas analizadas van en la buena dirección, pero están sin concretar y en algunos casos son irrealizables, como sucede con la medida de abordar la movilidad sostenible con un bono social gratuito para los menores de 26 años. Es el único programa que fija el cierre de las centrales nucleares y de carbón antes de 2025 pero, al igual que la transición justa, condiciona el cierre a una medida difícil de realizar como es la creación de dos empleos por cada uno que se pierda.
Tras el análisis del programa de Ciudadanos, ha sido imposible determinar la visión del partido sobre buena parte de las medidas analizadas por Greenpeace, ya que ni las menciona (6). Entre las propuestas en las que mejor puntuación obtiene destacan la prohibición de los plásticos de un solo uso y la Ley de Financiación del Transporte Público; de hecho, es el único partido que la incluye en su programa electoral. El resto de medidas tienen mucho que mejorar o directamente suspenden, como es el caso de la medida “electoralista” de plantar 10 árboles por cada español al final de la legislatura, una promesa imposible de realizar y sin ninguna validez en la lucha contra el cambio climático.
El PP, por su parte, es el segundo partido que suspende en más puntos y el que más medidas acumula con necesidad de mejoras considerables. Saca su mejor nota en movilidad sostenible y agricultura, pero suspende debido a su escaso compromiso con la transición energética y la ley mordaza y por su Pacto Nacional por el Agua, con el que quiere garantizar los trasvases. En fiscalidad ambiental también suspende al querer eliminar todo tipo de imposición fiscal a los vehículos diésel ignorando los efectos nocivos para la salud pública y el cambio climático que provocan los motores de combustión.
Por último, Vox es el partido que más suspensos acumula, con medidas de corte muy neoliberal que no abordan el cambio climático; sin embargo, acepta la descarbonización del sistema económico y recoge medidas para garantizar el acceso a los recursos básicos, como la energía de dudoso alcance. Entre los principales suspensos se sitúan aquellas medidas relacionadas con el recorte de derechos y libertades, reducción de emisiones, agricultura, liberalización del suelo o la protección de la caza, que van en sentido contrario a la conservación y protección de la biodiversidad.