El pasado domingo tuvieron lugar en Túnez las primeras elecciones democráticas de la Primavera Árabe, en las que fue elegida una Asamblea Constituyente. Con una elevada participación, se espera que se confirme la victoria del partido islámico El Nahda. Hemos entrevistado al eurodiputado popular italiano Gabriele Albertini, presidente del grupo de 15 miembros del Parlamento Europeo que participaron en la misión de Observación Electoral europea.
Señor Albertini, después de observar el desarrollo de las elecciones tunecinas ¿Cómo han acontecido? ¿Se han respetado las reglas democráticas?
Como hemos escrito en el balance preliminar de la misión de observación, la organización ha sido casi perfecta, se han respetado la transparencia y el seguimiento. Sólo en algunos casos había un número insuficiente de agentes en los colegios electorales, creando retrasos entre los electores.
Como pequeño apunte, la inscripción en los colegios electorales puede mejorar en vista de futuras elecciones legislativas. Pero de manera general, es un balance muy satisfactorio.
La participación política ha sido muy elevada a pesar de que la cultura política no estuviese muy presente después de 23 años de régimen autoritario. ¿Les invita al optimismo?
Es una señal de la voluntad de un pueblo de pasar página y caminar hacia la democracia. Hemos observado las largas colas a la entrada de los colegios electorales, un signo de la motivación y la voluntad de los ciudadanos.
Vimos que en ciertos colegios las votaciones terminaron antes del horario previsto, ya que el 100% de los electores inscritos en ellos habían pasado por las urnas. Es un signo claro de la voluntad del pueblo tunecino de avanzar a la democracia.
La participación se elevó al 80% para los electores inscritos (que constituyen el 55% de la población tunecina). Sobre los electores no inscritos antes de los comicios (que podían votar en urnas distintas) no tengo cifras, podrían ser bastante diferentes, pero de forma general ha habido una participación masiva.
Las primeras estimaciones hablan de una victoria del partido islámico El-Nahda. ¿Qué opina?
Debemos respetar el resultado del voto de los tunecinos, ya que las condiciones de transparencia y seguimiento, así como las normas internacionales, han sido respetadas.
La política de observación de la Unión Europea puede compararse con la medicina homeopática. Los derechos del hombre, la libertad de culto, de expresión, de prensa... pueden ser instaurados en pequeñas dosis dentro de las relaciones económicas, políticas o culturales. Si los nuevos elegidos no respetan nuestro sistema de valores, intentaremos hacerles evolucionar.
¿Qué papel podría jugar la Unión Europea en general y el Parlamento en particular en el trascurso de estos meses y los próximos años para acompañar la transición democrática tunecina?
La política de observación de la UE permite favorecer un verdadero proceso democrático y no demagógico.
Túnez ha mostrado su voluntad de pasar página hacia la democracia pero en un futuro podría ser distinto. Si las estimaciones de voto (que dan la victoria al partido islámico El-Nahda) se confirman, la nueva constitución podría defender valores diferentes a los nuestros, entonces nuestra relación se distanciaría.
¿Qué sentimiento predomina en su equipo ahora mismo?
Cuando vemos la participación es un día de felicidad, de entusiasmo al observar el comportamiento de los tunecinos.
Esta primera etapa es muy importante, pero hace falta continuar. No es más que el principio, habrá después una constitución, unas elecciones legislativas, un gobierno, decisiones políticas que tomar...
FOTO: El eurodiputado Gabriele Albertini, presidente de la delegación del PE en la Observación Electoral en Túnez
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