El Liberbank Oviedo Baloncesto EBA no pudo sumar un nuevo triunfo con el que la salvación hubiera quedado prácticamente certificada. El conjunto carbayón dependerá de si mismo para lograr el objetivo de la permanencia tras la derrota de Santo Domingo Betanzos.
Pumarín será quien decida. El Liberbank Oviedo Baloncesto EBA no pudo repetir la gesta lograda en la primera vuelta cuando superó a uno de los mejores equipos de la liga EBA. El gran primer tiempo de Huniko Gijón Basket fue decisivo en un encuentro en el que los azules sólo fueron capaces de sumar seis puntos en el primer cuarto 19-6.
Superados los nervios propios de jugar en una ubicación atípica para jugadores jóvenes, más teniendo en cuenta la categoría, el Liberbank Oviedo Baloncesto EBA mejoró con el paso de los minutos y trató de acercarse al conjunto local gracias a un gran Antón Bouzán. A pesar del buen segundo cuarto, el conjunto gijonés supo aprovechar su superioridad física para ampliar la ventaja al 41-25 con el que se llegó al descanso.
Tras el parón, el Liberbank Oviedo Baloncesto EBA consiguió recortar la distancia hasta los once puntos en un prometedor inicio de cuarto. Sin embargo, Huniko Gijón Basket fue capaz de solventar la situación a base de su gran poderío físico para cerrar el tercer cuarto con el partido sentenciado con diecinueve puntos de ventaja: 63-44.
En el último cuarto el Liberbank Oviedo Baloncesto EBA volvió a dar muestra de su competitividad y peleó para llevarse el cuarto periodo por dos puntos y caer por 79-62. Este resultado deja al Liberbank Oviedo Baloncesto EBA con diez victorias en la clasificación, empatado con Santo Domingo Betanzos a quien vence en el global de los resultados.
Tras el partido, el entrenador del Liberbank Oviedo Baloncesto, Agustín Munárriz, quiso destacar el mal inicio del partido en el resultado final: “El partido se ha decidido en el primer cuarto, hemos entrado al partido sin ritmo y lo hemos pagado. Nos queda un partido por delante y queremos acabar la temporada con buen sabor de boca”.
