La nueva normativa de gestión de purines puede poner en riesgo más de la mitad de las parcelas de Asturias, al tener un 20% de pendiente lo que las haría inhábiles para su abono por este medio
La despoblación en las zonas rurales solo se frena con medidas que permitan garantizar la viabilidad y la rentabilidad del campo asturiano, como vía generadora de empleo. Izquierda Unida (IU) y Unión de Campesinos Asturiano (UCA), se reunieron hoy para hacer un repaso a la situación del medio rural y los retos a los que se enfrenta de cara a la próxima legislatura. Mas recursos para indemnizar los daños de la fauna salvaje, una revisión del modelo de gestión de purines o acciones que permitan afrontar la avispilla del castaño que está poniendo en jaque el sector apícola.
La diputada y número 3 de IU a la Junta General del Principado, María José Miranda, y el secretario general de UCA, José Ramón García, 'Pachón', aseguraron hoy que el objetivo de estas medidas tiene que ser lograr la viabilidad de las explotaciones. "Es un sector sumamente importante para esta Comunidad Autónoma y es necesario seguir o buscar la línea de aumentar esa rentabilidad para que siga teniendo futuro". Entre esas cuestiones, los daños de la fauna salvaje tienen un impacto muy negativo toda vez que, explicó, Miranda, las aportaciones de la administración sólo cubren el 40% de los mismos.
Uno de los grandes problemas en estos momentos para la producción ganadera asturiana es la gestión de los purines. La nueva regulación que se quiere llevar a la práctica impediría su utilización como abono en terrenos con pendientes superiores al 20%, lo que supondría excluir a 250.000 parcelas, una cifra cuya importancia se ve mejor, aclaró José Ramón García, si se tiene en cuenta que el número total en Asturias es de poco más de 400.000: "estamos hablando de más del 50% de la superficie de Asturias no se puede abonar y, encima, la superficie más pendiente, que es la que más necesitaría y allí tendríamos matorral en cuatro días".
El secretario general de UCA reclamó una subida importante de las ayudas por los daños del lobo y del oso ya que, reprochó, en estos momentos los ganaderos pierden el 60 por ciento del valor de sus animales cuando son atacados por estas dos especies. Pachón criticó, en este sentido, la falta de compromiso del Principado de Asturias que, en ocasiones, tras varios informes favorables, la resolución final es negativa.
Parar la sangría de la despoblación tiene que ser un objetivo claro, enfatizó José Ramón García. Sin embargo, las vías para conseguirlo no pasan por poner más servicios si éstos no llegan acompañados del empleo. "Mientras no llevemos camino de colorar a la gente en el medio rural da igual los servicios que coloquemos, es una pérdida de dinero. Si no es rentable la explotación para que puedan vivir allí, tú le puedes poner lo que quieras, más rápido va a marchar.
IGP Miel de Asturias
La indicación geográfica protegida (IGP) que se plantea para la miel de Asturias es, señaló Miranda, una cuestión que nadie rechaza. Sin embargo, es imprescindible, matizó, "una IGP que garantice unos controles de calidad que certifique que realmente la miel que se vende bajo ese sello es miel producida por las abejas en esta Comunidad Autónoma y que todos los productores tengan la opción de formar parte de esa IGP".
Sin embargo, la producción de miel está en peligro como consecuencia de la avispilla del castaño que se está extendiendo en Asturias y que tiene una impacto muy negativo en la apicultura asturiana ya que las mieles de mejor calidad son, precisamente, las que se cosechan en este hábitat. María José Miranda recordó que Galicia ya ha realizado algunos avances en la materia, por lo que reclamó que se busquen formas de colaboración. "Hay una serie de pruebas que se hicieron en la comunidad vecina, en Galicia, con una larva que ocupa el mismo espacio que la avispilla y que evitaría ese problema con el castaño". En este sentido, aseguró que el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (SERIDA) debe seguir investigando en esa linea y establecer si esa larva es la solución, estableciendo si existen, o no, efectos secundarios.
