De presa a cazador, la evolución del ser humano en Atapuerca

De presa a cazador, la evolución del ser humano en Atapuerca

El yacimiento burgalés de Atapuerca ofrece datos sobre cómo el hombre ha llegado a domesticar y a colaborar con algunas especies salvajes como el lobo

 

Por Rubén Arranz

/DICYT Antes de "bajar del árbol", el ser humano era presa. Una vez descendió y decidió alimentarse de carne, se convirtió en competidor de algunos de sus anteriores cazadores. La tecnología y la organización social que desarrolló posteriormente le otorgaron una posición aventajada con respecto al resto de especies carnívoras y algunas, como el lobo, vieron que colaborar con él podría reportarles grandes beneficios para su supervivencia. En ese caso, lo que comenzó como una relación de cooperación, terminó con la domesticación de este animal.

 

Más de 200 expertos de unos veinte países de África, América, Asia y Europa participan desde hoy y hasta el próximo viernes en un congreso organizado por el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) sobre este tema (Hominid-Carnivore interactions during the Pleistoceno), del que se expondrán las investigaciones sobre la relación entre el ser humano y los grandes carnívoros realizadas en yacimientos como el de Atapuerca, en Burgos.

 

A lo largo de la historia de la humanidad, su relación con los grandes carnívoros ha sido constante, bien como especie sufridora de la voracidad de estos predadores, bien como competidor una vez incluyó en su dieta la carne o bien como dominador. En un momento dado, determinadas especies, sociables e inteligentes, se dieron cuenta de que colaborando con el ser humano podían obtener una serie de beneficios. De ahí que esté documentada hace 30.000 años la domesticación del lobo, o de ahí que se haya averiguado que a los grupos humanos les acompañaban perros y gatos, "que en un primer momento estuvieron en un estado salvaje", ha explicado a DiCYT Jordi Rosell, codirector del congreso, profesor del Área de Prehistoria de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona y adscrito al IPHES.

 

"Llega un momento en que los propios carnívoros no son ya competidores para nosotros. La organización social y una tecnología adecuada nos permitieron estar bastante por encima de ellos. Esta superioridad llega evidentemente hasta hoy en día, pues un león puede llegar comerse a un humano, pero normalmente son los humanos los que se comen al león", ha manifestado.

 

Amplio periodo documentado en Atapuerca

 

El amplio periodo de evolución del ser humano documentado a través del yacimiento burgalés de Atapuerca, que abarca "un millón de años", permite que se hayan obtenido indicios de la relación cazador-carroñero entre los homínidos y los carnívoros, de la domesticación o de la colaboración entre seres humanos para cazar grandes fieras como los leones, ha destacado.

 

Del estudio de las relaciones entre carnívoros y homínidos a lo largo del tiempo, así como de sus costumbres, los investigadores han "aprendido mucho", tanto del hombre del pasado como del actual. Ante una crisis alimenticia y la escasez de recursos que ocasiona, surge entre ellos la pregunta de cómo reaccionarían los diferentes tipos de carnóvoros ante un problema similar. Rosell conjetura que las hienas, por ejemplo, se mostrarían "tremendamente competitivas" ante la falta de recursos alimentarios, por lo que pelearían con fiereza por la comida. Un caso distinto es el de los leones, mucho más respetuosos con el concepto de grupo y en el que "cada reino desea mantener a todos sus súbditos".

 

El elaborar teorías sobre las diferentes formas de comportamiento y organización de los carnívoros, así como de observar la relación histórica de los homínidos con el resto de estas especies, puede ayudar a que el hombre no olvide su pasado ni las diferentes posiciones que ha ostentado dentro del reino animal hasta obtener una situación dominante. "Este congreso, aunque se fundamenta en el conocimiento de la Prehistoria, pretende ofrecer herramientas para interpretar el presente y proyectar el futuro", ha asegurado Jordi Rosell.

 

El investigador matiza que, a pesar de la supremacía del ser humano en el reino animal, hay aspectos sobre los que se debate que algunos de los grandes carnívoros determinaron con éxito hace siglos. "Hay otras cuestiones que preocupan más a nuestras empresas, como el liderazgo o la organización de los miembros de la comunidad, aspectos que los grandes carnívoros tienen resuelto desde muy antiguo", ha definido.

 

FOTO: Cráneo 5 'Miguelón' y mandíbula pertenecientes al 'Homo heidelbergensis', hallado en la Sima de los Huesos (Atapuerca).

 


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