La marihuana sigue de moda a pesar de la volatilidad y la incertidumbre sobre la legalización en EEUU

La marihuana sigue de moda a pesar de la volatilidad y la incertidumbre sobre la legalización en EEUU

En marzo de 2017, las acciones de Canopy Growth rondaban los 10 dólares canadienses. Dos años más tarde, el valor se ha multiplicado por seis. En esa misma franja temporal, las acciones de Cronos Group han pasado de los 3 dólares canadienses a rozar los 30 CAD. Son dos ejemplos del buen momento que vive el cannabis, invitando a pequeños, medianos y grandes inversores a negociar las acciones de la marihuana medicinal.

 

Cabe destacar que ambas compañías están consideradas como referentes en el floreciente mercado de la marihuana, tanto medicinal como recreativa. Pero, para aprovechar el tirón del nuevo ‘oro verde’, no hace falta ser un gigante cannabinoide, tener una capitalización significativa, lanzar media docena de marcas o presentarse como una compañía vanguardista en el sector.

 

Una simple empresa como KushCo Holdings, dedicada principalmente al envasado de productos derivados del cannabis, puede soñar con llevarse un trozo del pastel. De momento, el valor de sus acciones se ha triplicado desde su entrada en el OTCQB neoyorquino. Su cotización fue bastante plana en 2016 y 2017, con un valor medio de 2 dólares, aunque con un pico de 4 dólares a finales de 2016. Ya en 2018, alcanzó los 7 dólares y estuvo oscilando en torno a los 5 dólares por acción.

 

Está claro que la salud de sus finanzas ha sido bendecida por el excelente año que han vivido las empresas dedicadas al cannabis, tal y como indica la gráfica del BGCANG. El joven índice de las acciones del cannabis elaborado por BITA muestra un mercado con mucho potencial, de eso no hay duda; pero también dibuja unos movimientos que sugieren una volatilidad no apta para todos los públicos.

 

La volatilidad del mercado del cannabis

 

El mercado del cannabis es volátil. La cuestión es qué nivel de volatilidad puede esperarse. Se trata de una variable difícil de controlar, básicamente porque gran parte del éxito depende de la predisposición del Gobierno estadounidense a legalizar el consumo de cannabinoides en todo el país. Puede que los productores de marihuana no sean dignos de entrar en la Casa Blanca, pero una palabra de Trump basta para que suba el precio de los derivados del cannabis.

 

Algunos estados ya se han posicionado, especialmente aquellos con intereses económicos en la producción, distribución y venta de marihuana. De hecho, se ha llegado a legalizar en más de media docena de estados, incluyendo California, Alaska, Nevada, Oregon o Washington, entre otros. La incertidumbre es mala compañera de los mercados, y hasta que no haya un claro posicionamiento en la legalización total de la marihuana en las principales potencias mundiales, habrá que andarse con cuidado.

 

Tampoco ayuda nada que se aprueben leyes que den vía libre a la venta de marihuana sin una previsión acertada para responder a la demanda. Es el caso de Canadá, que se ha sumado a Uruguay como uno de los países pioneros en la legalización del cannabis. Obviamente, se trata de un dato positivo para el mercado de la marihuana, aunque con contratiempos debido a una oferta a todas luces insuficiente.

 

Estos contrastes en las políticas estatales frente a la legalización integral de la marihuana, las revalorizaciones a la velocidad de la luz de los gigantes de la marihuana y los desajustes entre la oferta y la demanda no aportan nada de estabilidad. Por no mencionar el impacto que sigue teniendo el mercado negro en el precio del cannabis legal. Sin duda, va a costar mucho esfuerzo y recursos deshacer un entramado de compraventa tan sólido y expandido.

 

Habrá que acostumbrarse a la montaña rusa del mercado de la marihuana. Al fin y al cabo, la volatilidad es un factor ligado irremediablemente a la vida bursátil, especialmente cuando se trata de ‘mercados burbujeantes’. Evidentemente, siempre se puede optar por activos más compatibles con un sistema cardiovascular sano. En el caso de las acciones de la marihuana medicinal, puede que GW Pharmaceuticals cumpla con este requisito.

 

Obviando su gráfica (con un par de retrocesos, en 2015 y 2018), la compañía británica aporta la seguridad de una empresa sólida con solera dentro del sector (fundada en 1999). Además, su actividad se limita al uso medicinal de los derivados del cannabis, contando con medicamentos únicos para tratar enfermedades concretas como la esclerosis múltiple y la epilepsia.

 

El problema es que lleva un par de años con unos números no muy esperanzadores. Puede que la farmacéutica europea se haya visto eclipsada por el empuje de los productores de marihuana canadienses, así como por la irrupción en los mercados de compañías con un abanico más amplio de productos derivados del cannabis (sumando el consumo recreativo a la ecuación). En cualquier caso, se trata de una opción a tener en cuenta a la hora de negociar con acciones de cannabis.

 

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