JPA/DICYT Eduardo García Campos, jefe de Laboratorio de Biocarburantes Castilla y León, la división de Abengoa Bioenergía que se encarga de la planta ubicada en Babilafuente (Salamanca) ha protagonizado esta tarde la segunda sesión de las jornadas 'El reto de la energía y la eficiencia energética', que organiza la Fundación General de la Universidad de Salamanca. Según ha explicado, esta planta será pionera en el desarrollo de biocombustibles de segunda generación, iniciativa para la que Abengoa realiza una gran investigación en I+D+i.
El experto ha comentado en la conferencia cómo se producen los biocombustibles de primera y de segunda generación. "La suerte que tenemos aquí en Salamanca es contar con la primera planta que va a empezar a producir etanol a partir de material lignocelulósico y una de las plantas más grandes a nivel europeo de producción de bioetanol", ha destacado en declaraciones a DiCYT.
La diferencia entre la producción de etanol de primera y de segunda generación es que la primear se basa en la utilización de materias primas como los cereales, mientras que la segunda, que requiere una tecnología muy superior, se basa en el uso de celulosa, una abundante molécula orgánica que se puede extraer de muchos otros materiales, como la madera. Mientras que el aprovechamiento en el primer caso es poco eficiente y puede entrar en conflicto con el uso de plantas para fines alimentarios, en el segundo caso se puede aprovechar toda la planta e incluso derivados.
En la actualidad, según los datos que aportó Eduardo García Campos, la planta de Babilafuente está produciendo 200 millones de litros de biocombustible al año, unos 140.000 megavatios de electricidad y unas 230.000 toneladas de DGS, un pienso para animales que es un compuesto altamente proteico que sale de extracción de almidón de los cereales. Para lograr estas cifras, se emplean unas 500.000 toneladas de cereal al año, aunque esto depende de la calidad de las materias primas, ya que "cuando mejor sea el rendimiento de los cereales, menos se consume".
En cualquier caso, de cara al futuro la vista está puesta en esa segunda generación de biocombustibles, que aún está en fase de investigación y desarrollo. "El punto clave de Abengoa es la investigación, si no tienes I+D+i, no tienes éxito en este negocio, los biocombustibles empezaron con los cereales, pero se necesita un desarrollo mayor con la lignocelulosa, con nuevas biorrefinerías y nuevos productos, esta empresa gasta miles de millones de euros en investigación", ha asegurado el experto.