Un nuevo cuadro de Luis Fernández, perteneciente a los fondos de la Colección de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, se expone en la sala 22 del Edificio Ampliación
Desde mañana, miércoles 20, el Museo de Bellas Artes de Asturias exhibirá una nueva pintura del artista asturiano Luis Fernández (Oviedo, 1900 – París, 1973) en la sala 22 del Edificio Ampliación. Se trata del óleo titulado Pareja enlazada o abrazándose perteneciente a los fondos de la Colección de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, entidad que viene gestando un fondo artístico propio desde 2007 y que desde 2013 es gestora de la Colección Masaveu la cual, a su vez, es propiedad de la Corporación Masaveu.
La Colección Masaveu es uno de los fondos artísticos privados más prestigiosos e importantes de España; un conjunto compuesto por más de 1.500 piezas que abarcan desde la Edad Media hasta la actualidad y en el que se hallan presentes algunos de los nombres más importantes de la Historia del Arte. Dicha compilación es el resultado de años de coleccionismo por parte de la familia Masaveu, una saga de empresarios y filántropos de origen catalán que, en 1840, se afincó en Asturias.
A través de varias generaciones se han ido aumentado los fondos a partir de adquisiciones muy cuidadas y certeras, hoy protagonizadas por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, que inició su propio fondo artístico, heredero de la tradición de mecenazgo y coleccionismo de la familia Masaveu, en 2007, y que a día de hoy está ya integrado por cerca de 400 obras.
En concreto, la pieza prestada al Museo de Bellas Artes de Asturias es un buen ejemplo de esa acertada política de compras. Pareja enlazada o abrazándose es una pieza fechada y firmada por el artista el 19 de agosto de 1939. En este sentido, cabe señalar cómo durante los años que duró la contienda civil española muchos artistas fecharon de manera muy precisa sus obras con el claro deseo de levantar una suerte de acta notarial a través de los dibujos y los lienzos de los diferentes acontecimientos por los que atravesaba la guerra y ante los que esos artistas propusieron su propia reacción plástica.
Para el caso concreto de Luis Fernández, este desarrolló una obra en la que los postulados surrealistas y la influencia de Picasso, a veces de manera separada y otras de forma conjunta, se reflejaron en muchos de sus cuadros. Pareja enlazada o abrazándose ejemplifica perfectamente esa doble orientación y, sobre todo, de la línea que el pintor desarrolló entre 1936 y 1939, años para él atravesados por el inevitable dolor que le ocasionó la contienda fratricida en su país de origen, y en la que se decantó, como muchos otros de los artistas de su tiempo residentes en París, por el bando republicano.
Tal es así que esta pareja enlazada o abrazándose creada por Luis Fernández logra transmitirnos sentimientos tan tristes y profundos como la pena o el dolor, los cuales no sólo son muestra de su conmoción personal, sino que resultan claramente extensibles a una situación más general e histórica: la de la derrota republicana y el sentimiento de sueños e ideales rotos que la misma traía aparejada. A este respecto, las entonaciones azules elegidas por el artista, y que resultan tan propias del mundo picassiano de comienzos del siglo XX, refuerzan el sentido melancólico de la obra.
Desde el punto de vista iconográfico, la composición muestra una pareja de seres a mitad de camino entre lo humano y lo animal que Fernández trata con mucha ternura, evitando caer en lo monstruoso, y en la que encontramos esa dimensión fantasiosa y, de alguna manera, también onírica que lo acerca a los referentes ya citados. Las dos figuras aparecen recortadas en el centro de la misma. En el caso de la femenina, ésta aparece con su cabello, ojo, nariz y pechos representados de una forma muy expresiva, mientras que el personaje masculino lo hace con su cabeza, pico y brazo muy remarcados.
Lo más probable es que la obra proceda del entorno de la familia Zervos (de Christian o de su hermano Stamos), grandes amigos y coleccionistas de la obra de Luis Fernández. Años más tarde, el cuadro fue ofrecido a Madame Simone Gravel, amiga cercana de Stamos Zervos, pasando posteriormente por descendencia a su nieta.
Fue adquirida por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson en 2018. La obra, que permanecerá depositada en el Museo de Bellas Artes de Asturias por un periodo mínimo de un año, constituye un paso más dentro de la fructífera relación de colaboración establecida entre la Fundación María Cristina Masaveu Peterson y la pinacoteca asturiana. Iniciada en 2014, esta relación ha permitido que ambas instituciones compartan desde presentaciones de publicaciones y conferencias hasta obras invitadas y exposiciones, como los dos últimos proyectos de Miradas de Asturias (ARSTUSIA de Joan Fontcuberta y El viajero inmóvil de Chema Madoz), que visitaron el museo en 2016 y 2017 respectivamente, o la reciente exposición Grandes Figuras de la Vanguardia que, clausurada en enero de este mismo año, permitió el diálogo entre obras de artistas como Picasso, Braque, Juan Gris, María Blanchard, Dalí y Miró a través de fondos procedentes de la Colección Masaveu y de la Colección Pedro Masaveu.