· En el caso de los hombres, la enfermedad duplica las posibilidades de mortalidad cardiovascular respecto a aquellos que no tienen exceso de glucosa en sangre
Un estudio de la Universidad de Oviedo ha desvelado que la mortalidad en hombres con diabetes es el doble que en las personas normoglucémicas. La investigación, coordinada por el jefe de sección de diabetes del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Central de Asturias y profesor titular del Departamento de Medicina de la Universidad de Oviedo, Elías Delgado, y liderada en su última fase por la Dra. Jessica Ares, ha sido publicada en la revista científica “PlosOne”.
El “Estudio Asturias” es un estudio de cohortes, cuyo marco es toda la población de nuestra comunidad autónoma, ha constado de 4 fases, la primera fase, llevada a cabo en 1998-1999 por la Dra. Patricia Botas pretendía determinar la prevalencia de Diabetes Mellitus tipo 2 (tanto diagnosticada como no diagnosticada). Se aplicó un procedimiento de muestreo por conglomerados bietápico. Las personas participantes fueron seleccionadas al azar de la población general.
La muestra final incluyó a 1.626 personas, de las que participaron 1.034 (tasa de respuesta del 63,6%). Los resultados mostraron que el 11,3% de las y los participantes tenía diabetes (más del 60% de las personas no eran conscientes de ello), y el 13,5%, la categoría previa, prediabetes. En una segunda fase, en 2005, el Dr. Sergio Valdés objetivó la incidencia de Diabetes en la comunidad autónoma asturiana: 10,8 casos por cada 1.000 personas y año; en números absolutos unos 7.000 asturianos al año debutan con diabetes. La tercera fase, por la Dra Cecilia Sanchez, permitió realizar determinaciones de marcadores de inflamación y polimorfismos genéticos y estudiar su influencia en el metabolismo hidroacarnbonado.
La cuarta fase la llevó a cabo la Dra Jessica Ares. Aprovechando los datos obtenidos en 1998, el equipo investigador se propusos en 2016 reevaluar a la población que había participado en este estudio 18 años antes, distribuidos en grupos según categorías de disglucemia, sexo o porcentaje de grasa corporal. Tras analizar los datos de mortalidad en función de la clasificación de la persona dentro de estos grupos, se encontró que las personas con diabetes (especialmente aquellas con diabetes diagnosticada) tienen un riesgo de mortalidad por todas las causas 1,7 veces mayor (2 en la población con diabetes conocida) que aquellas con normoglucemia después de 18 años de seguimiento, tras ajuste multivariante.
Las mujeres con diabetes tienen un riesgo de mortalidad de origen cardiovascular más de tres veces superior respecto a las mujeres sin diabetes, mientras que en hombres este riesgo supone un incremento de 1.5 veces. Por otra parte, al valorar los datos medios de control de factores de riesgo cardiovascular divididos por sexos entre personas con DM2 y sin ella, se observa que existen diferencias significativas en cuanto al control tensional y el perfil lipídico. Así, las cifras medias de presión arterial sistólica, índice de masa corporal (IMC) y colesterol LDL en mujeres con DM2 frente a las normoglucémicas son mayores que en hombres con DM2 respecto a los normoglucémicos. Cabe destacar también el mayor incremento en la prevalencia de dislipemia en 2016 en mujeres respecto a los varones.
Pese a conocer su diagnóstico, las cifras medias de colesterol LDL son más elevadas que en varones, lo que podría ayudar a explicar la elevada mortalidad de origen cardiovascular que presentan. Asimismo, se calculó el índice CUN-BAE (Clínica Universitaria de Navarra body adiposity estimator) en la población inicial del estudio y se comparó con el índice de masa corporal (IMC), para después relacionar ambos con los datos de mortalidad obtenidos.
Se encontró que el incremento de grasa corporal determinado tanto por CUN-BAE como por IMC, tras ajuste por factores de riesgo cardiovascular, se relaciona directamente con el incremento de mortalidad total y específica en mujeres. Parece claro que la diabetes es un factor de riesgo importante en mujeres dado que atenúa la protección cardiovascular que se asocia al sexo femenino en la población general. Tanto las modificaciones del estilo de vida como la intensificación del tratamiento médico son cruciales para corregir estos factores de riesgo cardiovascular y así prevenir complicaciones en mujeres con diabetes y para reducir recurrencias en mujeres con enfermedad vascular.
De esta manera, el hecho de que las mujeres tengan una mayor implicación, respecto a los hombres, en la planificación de tareas del hogar, doble carga de trabajo, subordinación en la toma de decisiones, mayor precariedad laboral y menor apoyo social para sus cuidados puede condicionar negativamente su alimentación y limitar sus posibilidades de realizar cualquier actividad física, favoreciendo así la obesidad y el riesgo de DM2. Se necesita realizar más estudios para entender los mecanismos involucrados y así diseñar estrategias de prevención más eficaces.
En cuanto a los factores de riesgo estudiados, se ha podido observar un incremento en la prevalencia tanto de hipertensión arterial, como de diabetes y de alteraciones de los lípidos (tanto en hombres como en mujeres), y de obesidad.
Ante este exceso de mortalidad en personas con diabetes, “especialmente notable” en las mujeres, el equipo investigador ha considerado necesario comunicarlo a los servicios de Atención Primaria para implementar estrategias de detección precoz de la Diabetes en mujeres aparentemente sanas y proporcionar un tratamiento intensivo multifactorial desde el comienzo de la enfermedad.