Desde su creación, una empresa pasa por diferentes etapas. Cada una trae consigo nuevas motivaciones, nuevos objetivos, pero también retos diversos que no siempre es fácil superar. No hay que olvidar que a la hora de llevar una empresa no es necesario saber desarrollar todas las tareas que surgen, sino saber coordinarlas y conseguir gestionarlas. Para eso, es aconsejable saber en qué etapa nos encontramos, identificar en cada momento las necesidades y obstáculos que tenemos y acompañarnos de profesionales que puedan orientarnos ante las distintas situaciones que se den. De este modo, si nuestro proyecto se ubica por ejemplo en la Comunidad valenciana, colaborar con una asesoría de Valencia nos permitirá trabajar cómodamente y que nuestro proyecto avance de manera satisfactoria.
Según los datos más recientes publicados por el Ministerio de Economía a principios de este año, el número de PYME que actualmente se encuentran en activo en nuestro país es de 1.307.776. De ellas, una amplia mayoría son micro-empresas (1.135.054), y el resto son pequeñas y medianas empresas. No obstante, cuando hacemos un análisis más global, nos damos cuenta de que estas cifras no siempre son constantes y se identifican variaciones tanto intermensuales, como interanuales. Esto pone de manifiesto la actividad positiva en la creación de empresas (si comparamos por ejemplo las cifras con respecto al año anterior), pero también la desaparición de otras (entre un mes y su precedente). Para evitar situaciones como esta última, es conveniente tener capacidad de previsión y de rentabilidad, así como una buena gestión de los trámites administrativos. Y, esto debe tenerse en cuenta durante toda la vida de la empresa: desde que nace hasta que se consolida en el sector.
- Fase inicial: es la fase de nacimiento. En esta etapa existen numerosos trámites que tenemos que hacer que resultan especialmente engorrosos. Sobre todo, si se trata de nuestro primer negocio, no estaremos familiarizados con ellos. Por eso, recurrir a los servicios de asesorías especializadas como www.gdasesoria.com puede ayudarnos a despegar con seguridad.
- Supervivencia: como su propio nombre indica, esta fase no siempre es fácil de llevar. En esta etapa, podemos comenzar a realizar algunas contrataciones, lo que va a demandar la ayuda de nuevo de un gestor profesional que nos oriente y/o desarrolle todo el proceso de altas en la Seguridad Social, firma de documentos, nóminas, etc.
- Éxito: es la fase a la que todo emprendedor le gustaría llegar. No obstante, si llegamos a ella conviene no tirarlo todo por la borda, y cuidar aspectos como las gestiones. En ella, las finanzas o la contabilidad juegan un papel muy importante, que debe ser trabajado minuciosamente.
- Arranque: el estancamiento puede dar una cierta tranquilidad, pero no es recomendable quedarse en él durante demasiado tiempo. El mundo empresarial está abierto a la renovación y a la creatividad, ambos elementos necesarios si queremos llegar a nuevos públicos y no perder nuestro sitio en el mercado. Esta fase puede generar un cierto riesgo, pero debemos caminar siempre sobre seguro. Una opción muy recurrente es la expansión en otros lugares.
- Madurez: aunque esta fase trasmite estabilidad, en ella se acumula una base sólida en la que hay necesidades ineludibles. Es casi inconcebible una empresa de cierta madurez que no cuente con personal que lo asesore sobre su administración y gestión.