A las 18:00 h del día de Nochebuena, las inmediaciones del centro de interpretación Puerta del Mar comenzaban a llenarse con cientos de niños que esperaban la llegada de L’Anguleru, el Papá Noel asturiano.

Los había de Oviedo, Villaviciosa, Avilés, Gijón, Corvera, Tapia de Casariego, Luanco, Mieres, La Felguera, Llanes, Arriondas y otros llegados de fuera de Asturias de Tenerife, León, Valencia… Los nervios estaban a flor de piel ya no podían contenerse más. La expectación era máxima. Pero algo ocurrió en ese momento. L’Anguleru se había perdido y los niños tenía que marcarle el camino. Para ello emplearon todo lo que tenían a su alcance. Las linternas de los móviles, globos de color amarillo, grandes banderolas… todo con un objetivo que L’Anguleru llegara a puerto a la hora prevista. Y después de un gran esfuerzo lo consiguieron.  A las 19:00 h L’Anguleru atracaba en el muelle de L’Arena a bordo de la lancha del patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de L’Arena, Eloy Sopeña. El medio millar de seguidores de L’Anguleru explotaron en una atronadora ovación cuando el mágico personaje de la Navidad asturiana pisó tierra. Este año recorrió los 200 metros que separan el muelle del museo Puerta del Mar a pie, para estar más cerca de sus incondicionales. Desde la terraza del museo y después de la ofrenda al Nataliegu, L’Anguleru gracias a la luz de la Navidad, llamó a la magia que le permitiría recorrer en una noche todo Asturias repartiendo regalos con sus ayudantes los Llendadores. Fue en ese momento cuando el cielo de L’Arena se iluminó para anunciar que la magia de la Navidad había hecho su trabajo. Los más pequeños terminaron la jornada recibiendo de manos de L’Anguleru y de su llendadora Lolina la Rulera un revoltijo y un pase anual para el Acuario de Gijón.