Repasamos algunas soluciones alternativas bastante interesantes para mantener el calor en el hogar.
Ahora, que el frío se ha apoderado del clima y que los termómetros están en una constante carrera por ver quién llega antes al punto más bajo, es un buen momento para preparar la calefacción del hogar y buscar el mejor medio posible para ello. Son muchas las viviendas que se enfrentan al problema de las bajas temperaturas a su manera, pero esto no quiere decir que sea la mejor.
La calefacción central, por ejemplo, es uno de los métodos considerados como más eficaces y válidos para mantener una sensación térmica agradable dentro de una casa. De hecho, son cada vez más los inmuebles que cuentan con las instalaciones adecuadas para aprovechar este sistema. Aún así, hay opciones mucho mejores para según qué tipo de viviendas, y es que no hay dos casas iguales.
Las estufas de madera, como otro ejemplo, son un elemento tan tradicional como eficaz. Son pequeños aparatos o armazones de hierro donde se coloca la leña y se prende para que se caldee toda la habitación donde se encuentran. Este método, si bien antes era sumamente recomendado y muy utilizado, trae consigo una serie de problemas que son bastante importantes.
En primer lugar, está la necesidad de colocar una fuga de humos. La combustión de la madera hace que se produzcan emisiones realmente nocivas para el ser humano, por lo que debe buscarse una forma de hacer que todas están salgan fuera de la vivienda para no causar problemas.
Además de esto, hay que tener en cuenta el gran problema que supone el uso descontrolado de la leña en zonas rurales. Ya no solo hablamos de esas emisiones que pueden dañar también a animales, sino de la necesidad de contar con un recurso natural que puede causar un importante impacto ambiental en la zona cerca. Cortar árboles para tener leña puede traer serios inconvenientes para el entorno, por eso es una opción que debe evitarse.
Algo similar ocurre, también con las estufas de carbón. Aunque en este caso se recurre a un elemento ya preparado previamente, por lo que no hay que salir hacha en mano, volvemos a toparnos con unas peligrosas emisiones que deben enviarse al exterior, donde también pueden provocar problemas a animales y plantas. Puede que sean efectivas para dar calor, pero estas dos estufas tienen como contrapartida ese potente carácter nocivo.
Por todo esto, una opción que está ganando muchísima fuerza en los últimos tiempos son las estufas de pellets. Aunque por funcionamiento son tremendamente similares a las ya citadas, tienen de su parte un elemento crucial para el impacto medioambiental: su combustible es la biomasa. Utilizan un recurso totalmente natural y ecológico, algo que no daña a nadie.
No es su único punto positivo, además de que las estufas que utilizan el pellet suelen ser autorregulables, no realizan emisiones de CO2 ni nada que sea nocivo. Dada la composición de estas piezas cilíndricas que son también tan económicas, no hay peligro alguno de intoxicación, como tampoco de daño al entorno (flora y fauna). La combustión del pellet no tienen peligro alguno, salvo que se rompan las medidas de seguridad para evitar el contacto con la llama.
La estufa de pellet tiene una serie de importantes puntos a favor que la empujan a ganarse cada vez más sitio en los hogares de medio mundo. Ahora, que la concienciación por el cuidado con el medioambiente está cobrando mucha más fuerza y que la sociedad está cada vez más preocupada por el entorno, es un buen medio para mantener el bienestar sin sacrificar nada más.
Son muchas las alternativas que hay a día de hoy cuando comparamos la calefacción central con la competencia. Desde las grandes calderas hasta las estufas a las que hemos dedicado tantas palabras. Cada tipo de instalación tiene sus ventajas y sus inconvenientes, aunque por lo general el primero de los problemas es el relacionado con las emisiones y su toxicidad.
Debes tener en cuenta las dimensiones de tu hogar, el tipo de combustible que quieres usar e incluso la electricidad que quieras gastar. Hay muchos factores a tener en cuenta, pero la decisión no es sencilla. Escoger una buena estufa o un buen sistema de calefacción es sumamente importante no solo por lo que hace por el hogar, sino también por lo que hace por el entorno.