El portavoz de IU advierte de que se están encendiendo las luces rojas y sólo faltaría ahora una reconversión en el campo asturiano 

El grupo parlamentario de IU expresa su preocupación en relación a la situación de la factoría de Central Lechera Asturiana, en Granda, Siero, que ha realizado ya una 12   despidos.    A juicio de la coalición, la situación tiene  que ver con la falta de política y estrategia industrial de la empresa  y   pueden tener efecto no solamente en los empleos, que ya es grave de por sí, sino también puede tener derivaciones muy graves sobre los productores sobre el sector ganadero.

A juicio de Gaspar Llamazares, portavoz parlamentario de IU que se reunió esta mañana con el comité de empresa de la Central Lechera,  es necesario que el Gobierno asturiano se implique y lo haga en relación a la política industrial en la planta de Granda y ante la protección necesaria del sector ganadero, porque “solo faltaría ahora que estuviésemos ante una tercera reconversión industrial y una nueva en el sector ganadero”.  

“El Gobierno debería exigir un plan industrial para el futuro y para que se logre un acuerdo laboral para tener la necesaria cohesión con los trabajadores y la empresa”, advirtió Llamazares después de la reunión en la que también estuvieron presentes las diputadas María José Miranda y Marta Pulgar y Ovidio Zapico, junto al secretario de la Federación de Industria de CCOO, Damián Manzano. Para el portavoz de IU,  lo que no tiene sentido es que la dirección, que tiene beneficios, -se calculan en 18 millones este año-  esté en una estrategia silenciosa de despidos a los trabajadores de Granda, “que es inaceptable”.

Gaspar Llamazares recordó que ya hace un año los trabajadores se mostraban preocupados en su denuncia de que faltaba política industrial y que eso iba a tener efectos sobre el empleo, no solo en el convenio, y que podría haber posibles despidos y “aquí lo tenemos”. “Los despidos están en marcha y probablemente afecten a más trabajadores eventuales y en las bolsas de trabajo”  y eso enciende las “luces rojas” en CLAS y en el conjunto industrial.

Llamazares advirtió que sí hay relación entre los despidos y la apertura de líneas en otra comunidad, concretamente en Galicia. En determinado momento el Principado se mojó apoyando la instalación del yogur y ahora parece que la empresa   abandona la línea  y tiene efectos en el empleo y en el sector agrario, explicó. “El Gobierno tiene que llamar la atención a la empresa y ver su implicación con Asturias y con el sector agrario”, concluyó.

Ramón Ruano, presidente del comité de empresa, advirtió de la preocupación en la   por la falta de un plan industrial y de inversiones en la fábrica de Granda, que de seguir así tendrá una mayor repercusión en el empleo fijo de la empresa.  Según la empresa responden a la pérdida de actividad en el sector de yogur, aunque el comité considera que se trata de despidos por no apostar por el yogur. “Entendemos que si esa unidad de negocio no funciona la compañía tendrá que buscar otras alternativas para mantener la actividad”, dijo Ruano.