La central hidráulica de Proaza (Asturias), propiedad de la compañía energética EDP y ejemplo del patrimonio industrial español del siglo XX, cumple su primer medio siglo de vida. Para celebrar este hito, la compañía organizó este jueves un acto conmemorativo que contó con la presencia del presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández; el presidente de EDP, Manuel Menéndez; el consejero delegado de EDP España, Rui Teixeira; y del consejero de Empleo, Industria y Turismo del Principado de Asturias, Isaac Pola.
Al evento también acudió Joaquín Vaquero Ibáñez, arquitecto y nieto del creador de la instalación, Joaquín Vaquero Palacios. Vaquero Ibáñez realizó, junto a las autoridades, un recorrido por la exposición preparada para la ocasión. La muestra resume la historia de los primeros 50 años de Proaza, así como la trayectoria de su creador.
Un muestrario del desarrollo fabril de Asturias
El presidente del Principado se reflexiono en su intervención sobre las circunstancias en que fue concebida, construída y puesta en marcha la Central, así como el conjunto de valores y potencialidades que representa. "(...) Fijémonos en esta central. Aparte de su valor artístico, tomemos en cuenta lo que conlleva: un emplazamiento, una modificación de un río, una canalización, una red de distribución. Ciertamente, no emite dióxido de carbono porque no se produce combustión, pero sí fue necesaria una fuerte intervención sobre el estado natural previo, que jamás volverá a ser el mismo. Una pregunta al paso: ¿hoy sería posible esta obra? ¿Recibiría los permisos administrativos, los parabienes ambientales, superaría la previsible oposición ecologista y el hipotético recelo vecinal? Ya sé que estoy haciendo trampa y que no se pueden hacer esos saltos en el tiempo, pero déjenme atizar la interrogación: ¿sería posible? ¿y la central de La Malva? ¿Y los embalses de Tanes o Grandas? Las enseñanzas no acaban ahí. Esta central, esta misma sala de turbinas, es un muestrario del desarrollo fabril de Asturias. Aquí al lado pasa una ruta cicloturista, la Senda del Oso, construida sobre el trazado de dos ferrocarriles que transportaban el mineral de las explotaciones de Quirós y Teverga. Al fin y al cabo, la senda es una cicatriz industrial reciclada para un nuevo uso. En realidad, resultaría muy difícil, imposible, describir la realidad de Asturias, la de ayer, la de hoy y espero que también la de mañana, sin mencionar la profunda huella industrial que nos surca y nos define. "
(...) "Aquí tenemos un buen ejemplo de intervención sobre la naturaleza. En un momento determinado un grupo de personas decidió que había que alterar el estado de las cosas para construir una instalación capaz de producir electricidad que ahora cumple 50 años. En aquel entonces, en 1968, no existía la inquietud ambiental de ahora. Estimulado por la Guerra Fría, había el temor a un holocausto atómico, incluso a una crisis por sobrepoblación del tipo de de la descrita por el reverendo Malthus, pero no teníamos la conciencia de que el desarrollo económico basado en la quema de combustibles fósiles conllevaba tantos riesgos. Sobre todo, no teníamos la certeza de la urgencia, de que esta partida por la supervivencia de la habitabilidad de la Tierra se jugaba contra el reloj. Hoy, sí. Hoy tenemos la preocupación y la obligación de actuar para evitar desastres irremediables. Ese deber nos incumbe a todos sin excepción: a los científicos, a los economistas, a los ecologistas, a la ciudadanía. Pero la responsabilidad decisoria corresponde a las instituciones o, si quieren decirlo de otro modo, a la política."
(---) "Pensemos que el político no puede ser nunca ajeno al contexto ni a las fuerzas con las que se tiene que ver. Es algo que a los puristas les resulta intragable porque atienden exclusivamente a una lógica particular, unidimensional. Pongo mi propio caso, para no molestar a nadie: a la hora de evaluar la transición energética, pensada para nada menos que salvar el planeta, ¿puedo abstraerme de las consecuencias sobre la actividad económica, sobre la industria y sobre el empleo? Es obvio que no, salvo que fuese un irresponsable. Aunque me motive el objetivo, no puedo dejar de tener en cuenta la situación de Asturias y de España, ni desconocer qué están haciendo otros países, ni sospechar cuál puede ser la reacción de las industrias que tienen a su mano la posibilidad de cambiar de emplazamiento para aprovechar condiciones más ventajosas para su actividad y su beneficio. Aclaro que lo que estoy pidiendo no es que se abandone a la transición energética, sino que se renuncie al dogmatismo, tan apropiado para cuestiones de fe como inservible para la acción política. Concluyo. He intentado explicar por qué considero que debo estarles agradecido y confío en que mis razones no les hayan incomodado. Entiendan que un escenario donde la energía limpia se combina con la intervención en la naturaleza y con un altísimo valor artístico resulta muy inspirador, incluso para un tipo tan racional e ingeniero que se admira con el mecanismo de una turbina. "
248.000 horas de generación
Inaugurada en 1968 y ubicada en la margen derecha del río Trubia, la central hidráulica de Proaza ha funcionado, desde su puesta en marcha, más de 248.000 horas y generado más de 4.200 GWh, el equivalente al consumo de más de un millón de hogares. 1979 fue el año de mayor producción, cuando la central generó 124 GWh. En la actualidad, 50 años después, sigue en activo, y gracias a las continuas inversiones realizadas por EDP y a la implicación y dedicación constante de todas las personas que allí trabajan, se encuentra en perfecto estado de conservación.
La central hidráulica de Proaza es una de las doce centrales hidráulicas que el Grupo EDP, líder mundial en energía renovable, tiene en España. El polifacético artista Joaquín Vaquero Palacios es responsable de la concepción de, en total, cuatro de esas centrales, que logró convertir en auténticas ‘catedrales industriales’ (Proaza, Salime, Miranda y Tanes).
Asimismo, Proaza es una de las instalaciones de EDP en España que más visitas recibe, y es objeto de estudio, tanto industrial como artístico. Los centros de producción de la compañía reciben a más de 3.000 personas cada año. Solo Proaza recibe la mitad del total.