Chourraut y Craviotto ponen broche de oro al Congreso Internacional de Entrenadores revelando detalles de sus trayectorias, con similitudes como la taza de Río en la que desayunaron los meses anteriores a lograr el oro en JJOO
Catoira (Pontevedra), 28 octubre de 2018.- Los campeones olímpicos Maialen Chourraut y Saúl Craviotto han compartido hoy la conferencia de clausura del VII Congreso de Entrenadores de Piragüismo de Aguas Tranquilas y I de Eslalon, celebrado en Catoira (Pontevedra) durante el fin de semana con asistencia de 300 participantes de 15 países, ante los que han desvelado un sinfín de detalles de sus trayectorias, con situaciones y algunas vivencias similares como la taza con el logo de Río con la que han desayunado a diario en los meses previos a lograr la medalla de oro.Ambos, campeones olímpicos en Río 2016, han puesto el broche de oro a la reunión científica de piragüismo, ante un auditorio en el que se encontraban el presidente de la ICF, José Perurena, su homólogo de la Federación Española, Juan José Román Mangas, y destacados dirigentes de este deporte así como técnicos de relevante prestigio internacional.La vasca Maialen Chourraut ha repasado su carrera deportiva con un pormenorizado relato de los momentos que han marcado ese recorrido, del que compartió un gran numero de ellos con los asistentes, a los que cautivó con una exposición sin ambages, directa desde el sentimiento, sin esconder sus miedos y sus alegrías, con confesiones relativas a decisiones vitales como ser madre.Así, rememoró como en 2009 se entrenó 3 y 4 horas cada día con temperaturas de 1 grado en el canal de la Seu para preparar un Mundial, enfatizó lo importante que es llevar acabo esa preparación allí donde se va a competir, y ha reflexionado sobre el porqué de enfadarse con el error. "Decidí hacerme amiga del fallo, y cuanto más fallaba más entrenaba y más crecía", ha dicho para argumentar la apuesta por el trabajo.Chourraut ha repasado sus actuaciones en las distintas competiciones, especialmente en los JJOO. "Mi gesto cuando logré el bronce en Londres 2012 fue de ¡que pena!", ha gesticulado la palista llevándose la mano al corazón para explicar su ambición. Tras Londres "quería ser madre y empezaron las dudas sobre cómo conseguir compatibilizar" el exigente entrenamiento con la posibilidad de tener hijos. "Remé hasta dos días antes de tener a Ane en 2013", ha dicho la deportista, que ha agradecido la "flexibilidad total" ofrecida por la Federación Española de Piragüismo para poder adaptarse a los horarios que le exigía el cuidado de su hija, a la dio el pecho "durante año y medio; la maternidad me permitió seguir en la élite, incluso mejorar".
"2015 fue una temporada intensa, de nuevo en juego las plazas olímpicas. La saqué en semifinal y ya sin ese ansía fracasé en la final del Mundial", ha abundado.
También ha celebrado que la Federación Internacional de Piragüismo "toma ventaja" sobre otras entidades al congelar el ránking mundial de las deportistas que deciden ser madres, lo que es una forma para que las mujeres deportistas puedan decantarse por la maternidad.
"Los JJOO de Río se convirtieron en una obsesión para mí, desayunaba cada día con una taza de Río, entrené todo cuanto pude", ha proseguido la bimedallista olímpica, que ha rememorado la "bronca monumental" que le echó su entrenador y marido Xabi Etxaniz por un fallo cometido en la semifinal de Río, donde un exceso de confianza al paso por la última puerta estuvo a punto de dejarla fuera de la final olímpica en la luego logró la medalla de oro.
Ha tenido desde entonces dos temporadas "muy duras", ya que durante más de 6 meses sufrió vértigo diariamente, le diagnosticaron una rotura de costillas después de tres meses con dolores por un catarro muy fuerte, y ya a contracorriente afrontó el proceso de selección para el equipo nacional, el Europeo, las Copas del Mundo y el Mundial, de nuevo en Río. "Llegamos bien pero no supe gestionar la semifinal, que fue una ruina, asumí el fracaso y el lunes siguiente al regreso de Brasil reanudé los entrenamientos. Ahora sigo trabajando ante el Mundial 2019, que se disputa en casa, en La Seu de Urgell (Lérida) con todas las ganas de hacerlo bien y sin escatimar esfuerzo con la vista puesta en obtener la clasificación para Tokio 2020", ha concluido.
Craviotto, de 33 años, 18 de ellos en el piragüismo, se ha referido a la popularidad adquirida a raíz de ganar el concurso televisivo Mastercheff, lo que le hizo ser un personaje más popular, de manera que la gente le pare por la calle. "Pues vale, no me da rabia, gracias a Mastercheff hemos llegado a mucha gente", ha reconocido el catalán, que ha agregado: "Me da una rabia brutal cuando me preguntaban si era piragüista” porque asegura que este deporte va en su ADN.
"Mi pasión es ser piragüista y mi profesión policía", ha comentado Craviotto, para el que los pilares de su "éxito" son "el físico, el poder mental -que marca la diferencia en el deporte de élite-, y el social".
"El deporte me ha enseñado a tener éxito en el resto de las facetas", ha sostenido el cuadrúple medallista olímpico, que ha animado a los asistentes a tener un sueño y luchar por conseguirlo a través del trabajo, y también con "estrategia y planificación".
Igualmente, ve importante "tener red de seguridad, de manera que si te caes puedas tener una tranquilidad", lo que él ha encontrado como integrante del Cuerpo Nacional de Policía.
Apoyado en una proyección en powerpoint que él mismo ha preparado, Craviotto ha buscado la complicidad de los congresistas a los que ha pedido que utilizaran su teléfono móvil para cronometrar los 32 segundos que dura la prueba de 200 metros que le permitió ser campeón olímpico.
El palista afincado en Asturias, que ha llamado la atención sobre el "nivel brutal de presión" al que están sometidos los deportistas, y también del "riesgo de frustración y depresión" al que están expuestos", ha sugerido "luchar fuera de la zona de confort, que es donde realmente se consigue el éxito”.
Video
Craviotto y Maialen.
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