Los informes de la investigación abierta por Renfe detectan una ‘falta grave’ de los vigilantes de Segurisa por su actitud, y descartan que se produjera ninguna agresión racista como el viajero implicado en los hechos reconoció ante las cámaras de Antena 3 TV, donde textualmente dijo ‘yo no lo puedo identificar como racismo’
Madrid.- Renfe ha iniciado un expediente con propuesta de sanción a la empresa Segurisa, responsable de los vigilantes de seguridad en la estación de Atocha, por las acciones ocurridas el pasado día 11. Esta decisión se ha traducido en la comunicación a la empresa Segurisa de una propuesta de penalización por falta grave en la actitud de sus vigilantes involucrados en el incidente. De acuerdo con la normativa, la empresa podrá presentar alegaciones a dicha propuesta de penalización, por lo que no será definitiva hasta que se resuelva por completo el expediente.
El incidente del jueves 11 en la estación de Atocha se originó "cuando un viajero se quejó a un vigilante de seguridad del comportamiento indebido de otro pasajero, que impedía con un patinete la bajada y subida normal al tren de otras personas". En ese momento, siempre según la compañía, un vigilante de Segurisa que estaba en el andén dice que subió al tren de Cercanías para requerir al viajero que permitiese el normal movimiento de las demás personas. "Al hacer caso omiso a esas indicaciones", --siempre según la nota de Renfe-- el vigilante de seguridad pidió ayuda a a un numeroso grupo de compañeros.
En el interior del tren se produjo la brutal acción contra el viajero, que ha sido objeto de múltiples vídeos compartidos en redes sociales. Todo ello derivó en la decisión, por parte de los vigilantes de Segurisa, de exigir al viajero que mostrase su billete (algo que Renfe autoriza a las empresas privadas "cuando se produce alteración de orden público" --en este caso, como se aprecia en el vídeo, provocada por el grupo de 'vigilantes'--) y, posteriormente, que abandonase el tren, con un constante vertido de descalificaciones, por las que Renfe expedienta a Segurisa en el caso de sus vigilantes. Al negarse este viajero a abandonar el tren --enfrentado a un intolerable ejercicio de violencia verbal y física contra él--, se produjo un forcejeo de los vigilantes de seguridad contra el viajero. Finalmente, ya en el andén, el viajero fue inmovilizado con golpes y agarrotamientos por los vigilantes, hasta la llegada de la Policía Nacional, que le acompañó hasta el exterior de la estación. Uno de los vigilantes, que llegaron a enfrentarse a los numerosos viajeros que recriminaban su violenta actuación contra la persona brutalmente golpeada-- además, presentó denuncia, que acompañó de un parte de presuntas lesiones.
Renfe reitera su desprecio hacia cualquier manifestación o comportamiento de carácter racista, comportamiento que en este caso no se produjo, según se deriva de los informes propios de la empresa y de las declaraciones del propio viajero afectado, en las que él mismo descartaba que la incidencia con los vigilantes de seguridad tuviese origen racista.
Renfe insiste en dejar claro que no acepta ni aceptará entre sus trabajadores ni entre las contratas que trabajan con la compañía, ningún comportamiento que contravenga los derechos humanos ni altere las más elementales normas de convivencia y respeto a cualquiera de sus viajeros con independencia de su raza o religión.