Los azules, que aún no han ganado en casa (2 empates y una derrota),reciben al Albacete, el único equipo invicto (3 victorias y 4 empates)
(ASTURIASDIARIO).-Al Real Oviedo se le empiezan a ver las costuras. Aunque solo se han disputado siete jornadas, el equipo de Juan Antonio Anquela no acaba de arrancar, y la defensa hace aguas. Ya ha encajado 11 goles, lo que supone el peor registro defensivo de Segunda solo superado por el Extremadura (12), el Nástic (12) y el Córdoba (18), todos en puestos de descenso. En muy poco tiempo, el oviedismo ha pasado de la ilusión al desencanto, y aunque queda -prácticamente- toda la Liga por delante, los números, por ahora, no conducen al optimismo, más bien indican todo lo contrario. De 21 puntos en juego, el Real Oviedo solo ha rascado 9 puntos -a poco más de un puntito por partido-, y lo que es peor, los azules aún no ha ganado en el Carlos Tartiere, de dónde se han escapado 7 de los 9 puntos en juego (dos empates y una derrota), que al final siempre son determinantes y pasan factura en la apretada lucha por meter la cabeza en la fase de ascenso. El Oviedo es, junto al Reus, el Extremadura, el Elche y el Córdoba, uno de los cinco equipos de Segunda que aún no ha ganado ante su afición.
En el arranque de la temporada, los buenos resultados a domicilio (dos victorias y un empate) compensaron los errores del Carlos Tartiere, pero la derrota en Alcorcón certificó una cruda realidad: el Oviedo no funciona, ni siquiera, ante equipo menores o teóricamente más débiles. Los carbayones ya han escuchado los primeros pitos (ante el Zaragoza y el Elche), y la afición se ha empezado a impacientar demasiado pronto. Y no hay excusa que valga cuando el Oviedo encaja goles con muy pocos disparos de los rivales, y también a balón parado. El centro del campo, completamente renovado, además de no contener al adversario, apenas filtra balones a una delantera huérfana de la materia prima que es necesaria para fabricar goles. La conexión Diegui-Bárcenas, tampoco está funcionando, y no hay alternancias en una banda llamada a ser explosiva y desequilibrante. Hasta el panameño Yoel Barcenas se ha diluido tras el partidazo que se marcó en Córdoba. Solo Saúl Berjón, y algún chispazo de Javi Muñoz que también ha perdido fuelle, se salvan del mediocre y previsible juego de un equipo que muy pronto ha generado dudas en la afición. Mención aparte merece, Richard Boateng, todo un pulmón y recuperador de balones en el centro del campo, y un ‘pura sangre’ que en los últimos dos partidos ha sido relegado al banquillo tras el regreso de Ramón Folch y para que Anquela pueda dar cabida, en el ‘once’, a Folch y Tejera. Dos excelentes jugadores, que aún no se han acoplado entre sí, que duplican la misma función, y que empeoran, desgraciadamente, su juego cuando comparten el mismo papel sobre el terreno de juego.
Para la nueva temporada, el club ha apostado por una plantilla corta y -en teoría- con más calidad y garantías que el año pasado, cuando el Real Oviedo quedó fuera de la promoción por el ‘golaverage’. Sin embargo, las piezas no acaban de encajar. Y el problema no es nuevo. Anquela, que cumplirá mañana 50 partidos en el banquillo oviedista, acumula hasta ahora 20 victorias, 14 empates y 15 derrotas. Pero, desde el último derbi en el Carlos Tartiere (4 de febrero), sus números han empeorado: 8 victorias, 11 derrotas (contando la eliminación en Copa) y 6 empates. Los números son los que son, y no admiten enmiendas, aunque Anquela haya empezado a perder la compostura en las ruedas de prensa, con reproches a la afición, y ‘lloradas’ que no sirven para nada, y que acentúan, aún más, las dudas entre la afición. Para colmo de males, el parte de bajas va en aumento. Toché tiene para un mes, el mexicano Alanís estará KO dos semanas, Carlos Martínez no se ha recuperado de su rotura en el aductor, y Carlos Hernández continúa con molestias. Además, Ibrahima y Christian Fernández también están tocados. Al menos, las bajas abrirán la puerta a los jugadores del filial.
Las urgencias del Real Oviedo pasan por el Carlos Tartiere, donde el equipo no vence desde el pasado 2 de junio. Mañana, los azules se enfrentarán a un Albacete en racha. Es el único equipo de Primera y Segunda División que aún no conoce la derrota (3 victorias y 4 empates), y lleva 13 goles a favor y solo 7 en contra. Su delantera internacional, formada por el albanés Rey Aldo Manaj (3 goles), el ucraniano Zozulya (2) -pretendido hace dos temporadas por el Real Oviedo-, y el paraguayo Acuña (2), mantienen invicto al ‘Alba’, donde el delantero murciano Alfredo Ortuño (también pretendido por el Oviedo en varias ocasiones), aún no se ha estrenado. Los manchegos cuentan con dos ex oviedistas en sus filas, Néstor Susaeta y Jon Erice, los dos se han caído de la convocatoria, por sendas lesiones. El Albacete de Luis Miguel Ramis no pierde, pero tampoco gana siempre. Llega a Oviedo tras empatar en casa con el Zaragoza (2-2), el mismo equipo que ganó 0-4 en el Carlos Tartiere. Los precedentes tampoco son buenos para el Oviedo. El año pasado, los azules no superaron a los manchegos. En el Carlos Belmonte, el Albacete ganó 2-1 (con goles de Jeremie Bela y Araujo para los locales, y un tanto de Christian Fernández), y el partido del Carlos Tartiere acabó sin goles.
El Oviedo necesita mañana una victoria para tranquilizar a la afición. El próximo domingo, los azules se enfrentarán al Rayo Majadahonda -recién ascendido- en el Wanda Metropolitano, y luego le esperan el Osasuna, el Nástic, el Mallorca, el Deportivo, y el derbi contra el Sporting (18 de noviembre).