El avance del ladrillo en la costa amenaza la supervivencia de cinco especies animales en peligro de extinción. El galápago europeo, la focha moruna, la cerceta pardilla, el avetoro común y el torillo andaluz, especies de gran valor ecológico en la costa mediterránea, son las más vulnerables
Madrid-. En el Día Mundial de los Animales, Greenpeace alerta de que el avance del ladrillo en la costa está amenazando la supervivencia de cinco especies clasificadas “en peligro crítico” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, en sus siglas en inglés).
El estudio Animales desahuciados de la costa por el ladrillo, elaborado por Greenpeace en colaboración con el Observatorio de la Sostenibilidad en el marco del informe A Toda Costa, destaca la vulnerabilidad del galápago europeo, la focha moruna, la cerceta pardilla, el avetoro común y el torillo andaluz, especies de gran valor ecológico en la costa mediterránea, predominantemente. Según el trabajo, de 2005 a 2014 se ha incrementado el riesgo de supervivencia de estas especies costeras que forman parte del patrimonio natural español debido a la destrucción del hábitat en el que viven, los humedales costeros.
Durante los últimos 30 años, periodo de vigencia de la actual Ley de Costas, la superficie urbanizada en la costa se ha duplicado y actualmente ocupa un 13% del territorio litoral, frente al 2% del interior del país.
“El litoral ha experimentado una expansión desmedida de superficies artificiales: viviendas, urbanizaciones, hoteles e infraestructuras portuarias, aeroportuarias, ferroviarias y de tráfico rodado (autovías, autopistas, carreteras)… La urbanización salvaje ha desplegado toda su agresividad en la costa y ha impactado especialmente en los humedales costeros, unos de los ecosistemas costeros más críticos”, explica Paloma Nuche, responsable de la campaña de Costas de Greenpeace.
La costa española alberga un total de 170 especies y subespecies de vertebrados terrestres incluidos en alguna de las categorías de amenaza de la UICN, según los correspondientes libros rojos de la fauna española. Por categorías de amenazas, hay 14 en situación de peligro crítico, 39 en peligro, 59 vulnerables y 58 en situación casi amenazada. Solo en humedales costeros son 41 las especies amenazadas.
España es, según la Convención de Ramsar, el tercer país con los humedales más importantes para la conservación que, sin embargo, están expuestos a serias amenazas. SEO/BirdLife ya advirtió en 2009 que más de la mitad de los humedales españoles se habían perdido, un 68% de las lagunas de agua dulce y un 58% de los humedales costeros.
Según el estudio, entre 2005 y 2014, los humedales costeros (situados en los primeros 10 kilómetros) han sufrido una regresión superficial de 1.157 hectáreas en España, lo que supone una reducción de un 1,3% de su superficie. Este dato agrava su tendencia regresiva, sobre todo si se tiene en cuenta la escasez de estos ecosistemas (representan sólo un 2,3% de dicha franja costera y un 0,18% de toda la superficie española) y su relevancia natural y para el desarrollo económico y social de la zona.
Los humedales proporcionan numerosos bienes y servicios ambientales a la sociedad: participan en el ciclo del agua, son muy ricos en nutrientes para alimentar una gran cadena alimenticia que incluye desde pequeños crustáceos a importantes aves migratorias, las plantas que en ellos se asientan estabilizan el suelo protegiéndolo de las mareas y el oleaje y constituyen un mosaico de paisajes que da cabida a muchas especies de animales que eligen este entorno para reproducirse.