La obra, que representa a un grupo de pandereteras, ya puede contemplarse en la calle dedicada a Amparo Pedregal
Oviedo.-Los artistas uruguayos Colectivo Licuado acaban de terminar el mural dedicado a la mujer asturiana, el primero de esta edición del Festival de Intervención Mural Parees. La obra, de cuatro plantas de altura, representa a un grupo de pandereteras y se ubica en El Milán, concretamente en la calle dedicada a Amparo Pedregal, una de las defensoras de los derechos de la mujer más importantes que ha existido en la historia de Oviedo. Pedregal fue profesora de Historia Antigua en la Universidad, donde destacó por su especialización en la historia del feminismo.
Florencia Durán y Camilo Nuñez, los integrantes de Colectivo Licuado, se han inspirado para su proyecto en dos colectivos que recuperan folclore asturiano adaptándolo a los tiempos actuales. Por un lado, las pandereteras Nun Tamos Toes, surgidas con las manifestaciones feministas del pasado 8 de marzo y que desde entonces no han dejado de actuar por distintos puntos de la región. Esta docena de mujeres, en su mayoría del concejo de Nava, adaptan canciones tradicionales con pandereta y pandero cuadrado pero añadiéndoles letras feministas que utilizan un agudo sentido del humor.
Con ellas se reunieron Colectivo Licuado hace unas semanas para plantearles el boceto del mural, escuchar sus opiniones y sugerencias y, además, fotografiar a cada panderetera por separado para usarlas como modelos en su obra.
Por otro lado, los uruguayos, cuyo arte urbano siempre destaca aspectos culturales de aquellos países a los que se desplazan para trabajar, conocieron también en Asturias al movimiento FolkQueer y a otros colectivos que igualmente promueven una revisión de la música y el dance tradicional más contemporánea. En un encuentro en el espacio ovetense La Llegra hablaron y bailaron con más de una docena de jóvenes, entre sones astures.
Con todo lo recabado en estas charlas, aderezadas por supuesto con buena gastronomía, sidra y fiesta, Florencia y Camilo han querido exponer una visión de la mujer asturiana “donde importe el aspecto comunitario, antes que el individualista”. De ahí la representación del grupo de pandereteras con las caras tapadas por sus instrumentos, que a su vez funcionan como una alegoría de la luna, al atrapar toda la luz de la composición. El resultado deslumbra ya desde la misma salida a la autopista Y.
El pasado sábado, las pandereteras se acercaron a ver el mural concluido, en un encuentro emocionante donde cantaron algunas canciones. Allí charlamos con los uruguayos, que dedican cinco meses al año a viajar por los cinco continentes para conocer otras culturas y aportar su arte allá donde aterrizan. El mural de Oviedo ha sido el último de su tour de 2018.
–¿Qué fue lo que más os impactó de las pandereteras cuando las conocistéis?
–(Florencia) Son un amor de personas y tiene una energía súper linda. Tienen una necesidad de juntarse, de buscar ese espacio personal que a veces entre mujeres es difícil ganar, más allá de ser esposas o madres. Las mujeres somos cada vez más conscientes de que necesitamos ese espacio de reunirnos con otras mujeres para conectar con nuestro lado femenino. Ellas buscaron una excusa con un fin increíble: rescatar la lengua y además cantar letras feministas. Tienen una euforia femenina, pero muy cálida.
–Las pandereteras se expresan a través del folclore, como el resto de jóvenes con los que también os habéis reunido. ¿Qué tal ese segundo encuentro?
–(Florencia) Nos encantó también. Muy jóvenes y muy abiertos con las orientaciones sexuales, algo que es muy necesario en todos los países: la naturalidad de la elección de cada uno. Y sobre todo su idea del cambio de roles en el baile, que está buenísimo. Porque en todos los lados se repite de la misma manera: el hombre es el que guía. Es una tremenda idea, porque son esas pequeñas revoluciones que van cambiando todo el sistema.
–¿Qué proceso creativo habéis seguido con este mural?
–(Camilo) Cada mural de Colectivo Licuado viene de la mano de una fotografía. En este caso realizamos una sesión fotográfica con las pandereteras, con la que perfeccionamos el boceto que habíamos preparado antes de venir.
–¿Por qué las caras tapadas con las panderetas?
–(Camilo) Representarlas a todas era complejo, por el tiempo que nos toma cada persona. La idea es no identificar a cada una de ellas, sino a la mujer y al grupo humano. Hicimos el mural en colores oscuros y cálidos para generar el concepto de noche. La pandereta viene a simbolizar la luna, el instrumento que las une y que tiene mucha fuerza. Y obviamente, la luna es la simbología clásica de la mujer.
–¿Qué os dijeron ellas cuando les presentasteis el boceto?
–(Camilo) Al principio les gustó, pero creo que no se imaginaban que iba a quedar de esta manera. Estuvieron viniendo a ver el mural en el proceso y quedaron súper contentas.
–¿Y la reacción de los vecinos y de la gente que os veían trabajando?
–La mayoría de las veces estás arriba, pero aún así hemos escuchado buenos comentarios de la gente que pasaba por aquí. Y nos han traído cosas de comer de beber (ríe).
El segundo mural del festival que concluirá estos días es el realizado por el artista Roc Blackblock en Trubia, cuyo avance ya es visible. Parees incluye además otras seis intervenciones murales en distintos puntos del concejo, incluido la dedicada al cantante Tino Casal en Tudela Veguín, así como actividades para niños, familias y mayores de 65 años, que se pueden consultar en su página web, paredesfest.net