Hay profesionales del cabello que prestan atención a las lesiones o marcas extrañas en la piel de los clientes, y un 58% incluso ha recomendado alguna vez la visita a un especialista por un lunar anómalo, según una encuesta realizada en EE UU. Pero el 71,9% no ha recibido ninguna formación acerca del cáncer de piel, por lo que los investigadores proponen ofrecer herramientas para que puedan ayudar de manera aún más efectiva a prevenirlo.
"Nuestro estudio prueba que los peluqueros ya están ayudando en la prevención del cáncer de piel, y además están dispuestos a involucrarse mucho más en programas de educación en sus salones”, explican los investigadores de la Universidad de Harvard, autores de una encuesta a más de 200 profesionales del cabello en EE UU sobre sus hábitos de inspección cutánea a sus clientes.
“Se deberían crear proyectos que aporten recursos a estos profesionales, con entrenamiento junto a expertos y herramientas de comunicación sanitaria efectivas, para que se conviertan en educadores del cáncer de piel, no especializados, pero sí seguros de sí mismos", explica Elizabeth E. Bailey, de la Escuela de Salud Pública de Harvard (EE UU).
El 37,1% de los peluqueros han inspeccionado el cuero cabelludo de más del 50% de los clientes durante los últimos meses; el 28,8% les han examinado el cuello y el 15,3% les han revisado la cara. Más del 58% de los participantes han recomendado alguna vez la visita a un médico especializado tras encontrar un lunar anómalo.
El 25% de los preguntados comparten información sobre salud general con sus clientes siempre o de manera habitual. El 71,9%, sin embargo, nunca ha recibido alguna formación sobre cáncer de piel, y de ellos, un grupo moderado considera que, pese a todo, sí está educando a los clientes e inspecciona marcas sospechosas en la piel.
El 69% de los encuestados afirmaron que estarían muy dispuestos a dar folletos informativos sobre el cáncer de piel durante la visita a la peluquería. El 49% se mostraron muy interesados en participar en un programa educativo de esta enfermedad.
Para elaborar el estudio, los investigadores han utilizado una muestra de 304 peluqueros de 17 salones de una misma cadena de la zona de Houston (EE UU). De ellos, 203 completaron el cuestionario, que incluía preguntas acerca de la frecuencia con la que observan la piel, el cuello y el cuero cabelludo de los clientes en busca de lesiones.
Los autores también han observado que la continuidad de estas prácticas depende de la propia capacidad de comunicación y de las prácticas de protección de la piel que tienen cada uno de los peluqueros, más que de sus conocimientos respecto al cáncer.
Consejeros de salud comunitarios
Desde la década de 1970 se está desarrollando en EE UU un modelo para apoyar el sistema de salud público basado en el uso de ‘consejeros de salud comunitarios’ (lay health advisors, en inglés). Estos personajes están presentes, principalmente, en programas de prevención y concienciación de enfermedades.
Determinados individuos o sectores tienen más potencial para convertirse en consejeros de salud comunitarios. Se suelen considerar perfiles sociales o laborales (como los peluqueros) que tienen cierta reputación como ‘ayudantes naturales’, sobre los que confían sus familiares, sus amigos o sus vecinos.
Los consejeros de salud comunitarios pueden facilitar un cambio en el comportamiento o los hábitos de las colectividades con las que tienen contacto, llamando la atención sobre aspectos sanitarios que se habían pasado por alto.
Los autores consideran que en el caso del cáncer y otras enfermedades de la piel, muchos peluqueros ya están desarrollando este papel y que, con las medidas adecuadas, se puede aprovechar esta vía para ayudar a la prevención efectiva de estas dolencias.
FOTO: Algunos peluqueros ayudan a la prevención de cáncer o otras enfermedades de piel. Imagen: Juan José