El ultrafondista asturiano pedaleó durante 23 horas y 48 minutos para recorrer un total de 520 kilómetros, con 9.000 metros de desnivel
Santiago.-Tante Argüelles lo ha vuelto a hacer. Una vez más, el corredor nacido en El Berrón (Asturias), ha superado otro reto a lomos de su bicicleta, como el conseguido el verano de 2012, cuando recorrió España desde Tarifa hasta la costa asturiana en menos de 62 horas, o el alcanzado en 2011, cuando este inquieto ciclista nacido en El Berrón, conquistaba su primera hazaña recorriendo 653 kilómetros en 24 horas y 40 minutos en la ruta asturiana del Camino de Santiago, ida y vuelta.
En esta ocasión, Tante Argüelles se fijó el desafío de conquistar "El Camino" desde Liébana, recorriendo buena parte del norte de España, hasta Santiago de Compostela en menos de 24 horas. Esta mañana, Tante Argüelles, visiblemente emocionado, era recibido entre aplausos en la Plaza del Obradoiro, cuando detenía su cronómetro con un tiempo de 23 horas y 48 minutos... reto superado.
A las 09:00 horas del sábado 18 de agosto, salía desde el Santuario de Santo Toribio de Liébana para afrontar el tramo de la ruta lebaniega del Camino de Santiago, uniéndola con el camino primitivo que arranca en Oviedo, pasando por Cabrales, Santuario de Covadonga, Cangas de Onís y Pola de Siero, antes de iniciar el tramo desde Oviedo hasta la capital gallega. Grado, La Espina, Pola de Allande, Grandas de Salime y Fonsagrada fueron los puntos geográficos por donde transitó el bravo corredor sierense, antes de adentrarse en las calles de Santiago "salí puntual de Liébana, a las 09:00 horas, tal y como nos habíamos propuesto, con bastante frío, pero con buenas sensaciones... me veía con muy buenas piernas en ese tramo inicial" apunta el ultrafondista asturiano, concienciado de la dureza de su reto "bajé bastante abrigado desde Liébana hasta Panes.
Una vez superada esta zona, empecé a despojarme de la ropa de abrigo. Subí Alles bastante cómodo y llegué hasta Oviedo con una media de 30 kilómetros por hora", comenta un satisfecho Argüelles por el resultado de su estrategia en esta primera parte del Camino, en la que acumuló 2.000 metros de desnivel.
Esta primera zona era clave "tuve que saber regularme, y no vaciarme, para afrontar con garantías un tramo muy bello, pero a la vez, muy exigente", afirma el ciclista, que viajó en todo momento muy bien arropado por su equipo habitual "los miembros de mi equipo se iban turnando para acompañarme, en Oviedo se unieron Santi Pérez, Sandra y Guto (iniciaron la marcha Gema, Marco Rodríguez, Adolfo Alperi e Iñaqui), me sentí muy arropado en todo momento".
Saliendo de Oviedo hasta Galicia "justo antes de subir Cabruñana, algo le sentó mal a mi estómago, y tuve que vomitar, lo que motivó que saltaran las alarmas. Tuve que parar un poco para recuperarme" se lamenta Tante ante este imprevisto que no le privó de alcanzar su objetivo "seguimos nuestra ruta, con fuertes molestias estomacales, pero con muy buenas piernas. Tras pasar Grandas de Salime, tuve que vomitar más, con la circunstancia desfavorable de no poder ingerir prácticamente nada: solo sales, algún refresco y agua. Seguía muy delicado del estómago".
Con este panorama "tocó sufrir... sufrí mucho. Pasé muchísimo frío por la noche. Después de pasar por el Puerto del Palo el termómetro se desplomó hasta los 8 grados, y con el cuerpo bastante castigado por la gran cantidad de kilómetros que ya pesaban, no solo en las piernas, tuve que cambiarme hasta 4 veces de ropa" relata el campeón asturiano mientras clava su mirada en el cuentakilómetros de su bicicleta, que refleja unos datos impresionantes: 520 kilómetros, con 9.000 metros de desnivel, y un tiempo de 23 horas y 48 minutos "fue un tiempo bueno, y creo que es lo más duro que he hecho en mi vida".
El reto más duro de todos los que ha realizado este deportista de ultrafondo tenía un final muy emocionante "me emocioné al llegar a la Plaza de la Catedral de Santiago porque veníamos con muchísima tensión después de las adversidades que fueron sobreviniéndome. Pedaleaba Santi Pérez conmigo, recordándome que nos la jugábamos en cualquier otro imprevisto, que pudiera surgir en esos últimos kilómetros. Yo venía muy tocado del estómago, y sabía que, aunque quedaran 15 kilómetros, en una distancia con tanta dureza, se podría convertir en un infierno".
Afortunadamente, Tante Argüelles demostró de qué pasta está hecho, asombrando al mundo ciclista con una nueva proeza de ultrafondo, ejemplo de superación y constancia "no quiero dejar de agradecer a todo mi equipo que se volcó conmigo, y cómo no, a mis patrocinadores: Garaje Paco, su apoyo ha sido fundamental para cumplir este sueño. También quiero agradecer el respaldo de Centro Quiropráctico Adolfo Alperi y Grupo Guadamía".