Ignacio Para, presenta el libro: La asistencia sanitaria

Ignacio Para, presenta el libro: La asistencia sanitaria

Hablar de D. Ignacio Para, es hablar de no sólo del presidente de La Fundación Bamberg, es hablar de un hombre que domina el terreno donde se mueve, de un amigo de sus amigos, de todo un profesional querido y seguido que lo demuestra acto tras acto que organiza.

En esta ocasión y con motivo de la presentación del libro “La asistencia sanitaria”, reunió a lo más importante de la profesión médica y política, asi como a empresas del sector salud.

En Madrid se congregaron entre otros D.Mariano Guerrero,(Ribera Salud), D.Jose Maria Martinez, (Medical Economist), D.Francisco Fernández,(Farmaindustria), Dña.Dolores Rubio,(Directora médico del hospital Dr.Ruiz Lafora) y por no poder citarlos a todos, miembros de la comunidad de Madrid, de la industria farmacéutica, asi como amigos del autor del libro.

Cómo crónica perfecta de lo que significa este libro y el acto en si, dejamos las palabras de D.Ignacio como presentación del acto:

 

Queridos amigos: muchas gracias por vuestras palabras, muchas gracias por vuestra asistencia y por vuestro apoyo en el trabajo que venimos haciendo desde la Fundación Bamberg.

De la lectura del índice ya se puede evidenciar que los ejes del libro son la gestión de la salud, la nueva medicina, el abordaje clínico de los pacientes y la organización de la asistencia sanitaria, finalizando con algunas reflexiones sobre la informática de la salud.

En la primera parte del libro se habla de la gestión de la salud, su promoción y la prevención de la enfermedad en la que debe estar comprometida toda la sociedad, los poderes públicos estatales, autonómicos y locales, en todos los órdenes: educación, limpieza, saneamiento, etc. Y se extiende sobre las vacunas como elemento paradigmático de la prevención de enfermedades, potenciando el sistema inmunitario de las personas para defenderse de las infecciones.

En la segunda parte del libro, se reflexiona sobre la nueva medicina, reflexiones que se complementan con las realizadas en el capítulo La Salud Conectada al hablar sobre la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas, el Big Data o Inteligencia de datos y la robótica, la biónica y los ciborg.

Una de las ideas que se defienden es algo ya muy extendido: pasar de la medicina reactiva a la preventiva y predictiva. Pasar del tratamiento de los órganos dañados al tratamiento de la causa, el origen de las enfermedades, genético y/o molecular.

El estudio y conocimiento de los mecanismos moleculares. El desarrollo de la biotecnología humana, el desarrollo de la bioinformática y la biología molecular que ha posibilitado el progreso de la genómica, la proteómica y la metabolómica, y la nanotecnología y la manipulación genética.

Hoy ya es posible la edición genética, una técnica que permite borrar, añadir o cambiar genes a voluntad.

La selección genética, la generación y regeneración de órganos y el dominio del sistema autoinmune acercarán al hombre a la amortalidad, a la eugenesia y la generalización de una medicina preventiva, predictiva y regene-radora.

Gracias a la nanotecnología y a la biónica, la integración de materiales no biológicos con estructuras o seres biológicos dan lugar a los llamados Ciborgs.

La tercera parte se centra en el abordaje clínico de los pacientes por el sistema asistencial.

En el libro se defiende integral, sistémico, holístico. Integral en el sentido de atender todos los aspectos del individuo que pueden estar relacionados con su salud identificando los riesgos con información acerca del estilo de vida, tipo de trabajo y hábitos de los pacientes así como el género o el origen étnico sistémico, contemplando el cuerpo humano como un sistema en el que un problema en alguno de sus subsistemas puede haber sido originado por otro o puede inducir en el fallo de otro. Holístico, considerando al paciente como un todo: una persona singular, con sus ideas, su formación, sus conocimientos su familia, su dignidad.

Es decir, su fenotipo, el conjunto de caracteres visibles que el paciente presenta como resultado de la interacción entre su genotipo y el medio, al que habrá que añadir el estudio de las alteraciones moleculares y demás pruebas analíticas o de imagen que procedan. Se plantea, por tanto, un abordaje del paciente de manera trasversal y no como ahora que es por órganos: Cardiólogo, neumólogo, urólogo, nefrólogo, etc., formándose silos de información y de conocimiento.

Incluso entre los oncólogos se dividen por órganos. El desarrollo de la inmunología está demostrando que es más importante conocer el origen molecular del cáncer que su localización en un órgano en concreto. Se propone pasar del tratamiento del órgano al tratamiento de la enfermedad y, es más, del tratamiento de la enfermedad al tratamiento del paciente, situándole, ahora sí, en el centro de la atención clínica. Una medicina individualizada. 

La cuarta parte se centra en la organización de la asistencia sanitaria, en la que debido a la transversalidad comentada supone organizarse para trabajar por procesos y en equipo.

Se plantea una reconstrucción de la atención sanitaria en la que el médico personal, el que hemos llamado “de cabecera” o “de familia” o “comunitario” sea el eje del sistema, el que pilote la historia de salud de su paciente y de la población que tiene asignada desarrollando una labor de promoción de la salud y prevención de las enfermedades de su población asignada de una manera proactiva.

También el que controle todos los episodios por los que pase su paciente, pruebas diagnósticas, consultas a los especialistas y terapias asumidas, accediendo a la historia de salud de su paciente que contendrá en conjunto de las informaciones clínicas relativas a los episodios sufridos.

Claro que siempre será el paciente quien decide quién ha de ser su médico, aunque en el libro queda abierta esta cuestión.

Esto supone una integración con todos los dispositivos asistenciales y la posibilidad de interactuar y trabajar en equipo con todos los especialistas de los diferentes dispositivos asistenciales cuando se requiera.

Y para ello deben contar con las estructuras organizativas y las plataformas informáticas que lo posibiliten. En lo que se refiere a la gestión de la asistencia sanitaria, se plantea lo que ya se avanzaba en el libro UN NUEVO SISTEMA SANITARIO PARA ESPAÑA: Que estén integrados todos los dispositivos de un Área Sanitaria en un solo mando, que la financiación del Área Sanitaria sea per cápita, es decir, en función de la población asignada, que haya autonomía de gestión y personalidad jurídica propia, que haya libertad de elección por parte de los pacientes, que haya interfacturación entre las Áreas en función de la atención a pacientes de otras Áreas y, por tanto, que haya competitividad.

La unidad de gestión la hará más eficiente y eficaz, la financiación per cápita hará que la organización se esfuerce más en la promoción de la salud y en la prevención, también en el ejercicio de la medicina predictiva y el diagnóstico precoz, lo que la hará más eficiente y conseguirá mejores resultados en salud.

La libertad de elección y la interfacturación permitirá el desarrollo de la competitividad y por tanto la calidad de los servicios y el reconocimiento de los mejores.

Este modelo es el que se fraguó en Alcira y que ha significado una experiencia de éxito que es referencia mundial. Y este modelo de gestión (sea gestionado por organizaciones privadas o públicas es el que se debería aplicar en el Sistema Nacional de Salud. Lógicamente evitando las posibles situaciones de oligopolio. Este sería el marco de excelencia para todo el SNS. Lo que no puede ser es que haya 17 leyes de derechos y obligaciones de los ciudadanos respecto a la salud, o 17 leyes de Salud Pública, o 17 leyes de profesionalización de la gestión sanitaria, o 17 leyes de ordenación sanitaria, etcétera, etcétera.

Un galimatías legal creador de desigualdades, barreras, desorientaciones, complejidades, ineficiencias y problemas a los ciudadanos. Como vengo diciendo, debería de iniciarse un proceso de refundimiento de las leyes autonómicas, bien en el seno del Consejo Interterritorial o bien en el Senado, que acabara con este galimatías y definir un proceso por el que las propuestas autonómicas de leyes fueran al Senado para trabajar bien en su traducción a propuestas de ley estatales o bien a su refundimiento con las leyes estatales existentes, como lo he venido proponiendo en mis escritos y conferencias.

Finalmente en el último capítulo se habla de la Salud Conectada, de la eSalud, de la informática médica, de la Inteligencia Artificial, de la Inteligencia de datos, o ciencia de los datos o big data, y del internet de las cosas. De cómo todo esto ha revolucionado y está revolucionando nuestra vida y de sus posibilidades en la asistencia sanitaria.

Pero mientras la organización de la asistencia sanitaria no esté incardinada con el uso de estas tecnologías, todo quedará en anécdota. Mientras no esté contemplado un tiempo para que el médico atienda los emails de los pacientes, esta posibilidad no existirá de manera generalizada y será solo puntual, casi anecdótica.

Asi que fíjense en todo lo demás. Hoy podríamos hacer teledermatología mandando una foto tomada por un smartphone particular y enviada por email o por WhatsApp.

Pero la tecnología usada masivamente en nuestro entorno particular no se usa en la asistencia sanitaria.

Lamentable. Punto y aparte merece la bioinformática y su aplicación a la genética y a la investigación, gracias a la cual se ha podido dar pasos de gigante en el desarrollo de la medicina suponiendo un gran avance en la lucha contra las enfermedades.

Esto es lo que les puedo avanzar y son algunas reflexiones que he realizado a la hora de contarles de que va este libro, que lo que pretende no es más que ayudar a pensar, fuera de prejuicios ideológicos o corporativos, cómo podemos mejorar nuestra sanidad, cómo podemos mejorar nuestras actitudes y ayudar a descubrir nuevos retos y oportunidades para conseguirlo.

Muchas gracias

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