El próximo jueves 12 de Julio, a las 21 horas, en el Auditorio de Pola de Siero, y dentro de la XXXVI SEMANA DE TEATRO de Pola de Siero, el Teatro del Norte estrena "La Gaviota de Chejov"
La Gaviota, junto con Hamlet, son las dos obras que mejor nos hablan de la juventud. Una juventud que, también como la de ahora, no tiene futuro; una juventud a la que los mayores no quieren dejar sitio; una juventud sin pasado ni horizonte profesional.
Con Cristina Lorenzo, Cristina Alonso, David González y Sandro Cordero.Dirección y dramaturgia: Etelvino Vazquez
LA GAVIOTA
Escenas para Antón Chejov y William Shakespeare
KOSTANTIN.- Me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere, me
quiere no me quiere. Ya ves que mi madre no me quiere. ¿Y como
podría ser de otro modo? Ella quiere vivir, tener amoríos, ponerse
blusas de colores vistosos; y tú mírame a mí: tengo ya veinticinco
años y le recuerdo a cada momento que ya no es joven.
HAMLET:- Madre, has ofendido mucho a mi padre
La Gaviota se estrena en 1896 y fue un fracaso total. En 1898 se vuelve a estrenar en el Teatro
de Arte de Moscú bajo la dirección de Stanislavski y fue un éxito rotundo.
La Gaviota es una reflexión sobre el arte en general y el escénico en particular: Arkadina y Nina
son actrices: Trigorin y Kostia son escritores, en diferentes grados de éxito o fracaso profesional.
La historia de los triunfadores, personas con talento (Arkadina y Trigórin), detrás de los que corren
los personajes sin talento (Nina y Kostia ).
Pero, sobre todo, La Gaviota es una reflexión sobre la relación entre padres e hijos. Malos padres
y malos hijos. Unos padres que no dejan crecer a sus hijos, que no permiten que estos creen y se
desarrollen artísticamente. ¿Solo por miedo a que les quiten el puesto? Nina y Kostia tienen que
pagar un alto precio por su idealismo en medio de un mundo profundamente materialista.
La Gaviota, junto con Hamlet, son las dos obras que mejor nos hablan de la juventud. Una juventud
que, también como la de ahora, no tiene futuro; una juventud a la que los mayores no quieren
dejar sitio; una juventud sin pasado ni horizonte profesional.
NINA.- Creo, Kóstya, que en nuestro trabajo, sea el de actriz o el
de escritor, lo que importa es saber aguantar. Saber llevar la cruz
que se nos ha venido encima y tener fe. Y yo la tengo ahora y no
sufro tanto como antes. Y cuando pienso en mi vocación no le
temo a la vida.
HAMLET.- Los tiempos están desquiciados: ay, condenada desgracia,
¡haber nacido para enderezarlos!