Por Armando Álvarez
El prolongado estío que viene inmiscuyéndose dentro del actual otoño, tiene su inconveniente para la proliferación de las setas.
En estos atípicos días otoñales, brilla el sol en un despejado cielo azul, sin caer ni una sola gota de agua, siendo la sequía bien notable, por lo cual, las setas que son propias de la temporada, no pueden fructificar por falta de humedad.
Nuestros prados y bosques que constituyen un hábitat ideal para los hongos, se ven estos días huérfanos de setas, precisamente por eso, porque hace falta que llueva y el pronóstico meteorológico, no da pie al optimismo por parte de los seteros.
Pero este problema para los aficionados a la Micología, no es solamente en nuestro Principado, es a nivel nacional, lo que obliga a muchas sociedades micológicas, el suspender certámenes y exposiciones por falta de “mercancía”.
Habrá que cantar aquello de: “que llueva, que llueva….la virgen de la cueva…..” para ver si las nubes nos hacen caso y aún llegamos a tiempo de que no se escape el otoño; porque en cuanto el invierno enseñe la nariz, adiós temporada.
Con un poquitín de suerte, igual llueve la próxima semana y los terrenos resquebrajados y secos, adquirirán el grado de humedad idóneo, para felicidad de las setas y la ilusión los los
seteros.