La Fundació Joan Miró presenta Joan Miró. La escalera de la evasión, la exposición más importante sobre Joan Miró que ha podido verse en España en los últimos veinte años y que pone de manifiesto el compromiso del artista con el tiempo que le tocó vivir y con su país.
La muestra reúne más de 170 obras –pinturas, esculturas y obra sobre papel–procedentes de colecciones públicas y privadas de todo el mundo, y ha sido organizada conjuntamente por la Tate Modern y la Fundació Joan Miró de Barcelona y patrocinada por la Generalitat de Catalunya, el Ajuntament de Barcelona y la Fundación BBVA.
Joan Miró. La escalera de la evasión ha sido concebida por los comisarios de la Tate Modern Matthew Gale y Marko Daniel en colaboración con Teresa Montaner, conservadora de la Fundació Joan Miró. Rosa Maria Malet, directora de la Fundació Joan Miró de Barcelona, y Vicente Todolí, ex director de la Tate Modern, han sido los directores del proyecto.
Joan Miró (Barcelona 1893 – Palma 1983) es uno de los artistas más representativos de su época. Desarrolló un lenguaje surrealista de símbolos que sugiere un sentimiento de libertad y energía singulares a través de un imaginario fantástico y de colores vivos. Considerado a menudo precursor del expresionismo abstracto, su trabajo es admirado por el espíritu sereno y colorista que desprende.
Pero Miró vivió una época turbulenta y la exposición, al margen de presentar algunas de las obras más significativas y difíciles de reunir, examina momentos clave de su trayectoria y pone de manifiesto el compromiso del artista con su tiempo y su país.
Las primeras salas exploran los vínculos con su Cataluña natal, en especial con la masía familiar de Mont-roig, así como la inflexión que supuso su estancia en París y la liberación creativa del surrealismo. Es el momento en que pinta La masía (1921-1922), que perteneció a Ernest Hemingway, amigo de Miró, o de la magistral secuencia Cabeza de payés catalán (1924-1925).
En la sección central de la exposición, el drama de la Guerra Civil española se refleja en el nuevo lenguaje pictórico del artista. Las tensiones que derivaron en el conflicto provocan las protestas más explícitas de Miró en obras como la serie de Pinturas salvajes (1934-1936), o la Naturaleza muerta del zapato viejo (1937). Exiliado en París, por encargo del Gobierno de la República, Miró, realiza Aidez l’Espagne y pinta El Segador (Payés catalán en revuelta) (1937) para el Pabellón Español de la República de la Exposición Internacional de París, donde convive con el Guernica de Picasso. El estallido de la Segunda Guerra Mundial provoca respuestas más íntimas como las célebres Constelaciones, serie desarrollada entre 1940 y 1941 y otras más perturbadoras como la Serie Barcelona (1944), el comentario plástico de Joan Miró a la Guerra Civil.
La última sección de la muestra examina los últimos años de la dictadura franquista, cuando las pinturas monumentales de gran impacto contemplativo se contraponen a su consciencia del poder rompedor de medios pictóricos más violentos. Durante el régimen franquista, Miró trabajó en España en una especie de exilio interior, mientras en el extranjero crecía el reconocimiento hacia su obra. Joan Miró. La escalera de la evasión presenta también obras clave de esta época, entre las que destaca el tríptico La esperanza del condenado a muerte (1974). Ya fuera oscureciendo o incluso quemando sus trabajos, como en el caso de las piezas Mayo 1968 (1968-1973) y la serie de Telas quemadas (1974), Miró supo captar la atmósfera de rebelión de finales de los años sesenta y reflejó el ambiente político con explosiones de pintura, como en el tríptico de los Fuegos artificiales (1974), expresándose siempre de manera radical y pionera.
Joan Miró. La escalera de la evasión revisa un largo periodo de cerca de sesenta años y muestra la sensibilidad y el posicionamiento de Joan Miró frente a unos acontecimientos que han marcado la historia del siglo XX.
FOTO:Naturaleza muerta del zapato viejo, 1937
Óleo sobre tela
81,3 x 116,8 cm
The Museum of Modern Art, Nova York. Donació de James Thrall Soby, 1970
© Successió Miró, Palma de Mallorca