Federico Cuesta (geriatra): “Los lácteos ofrecen alta riqueza en nutrientes de forma muy concentrada y, sobre todo, con mucha biodisponibilidad” Los nutrientes y características de la leche y los productos lácteos los convierten en grandes aliados de las personas mayores tanto por sus bondades nutricionales como para combatir la pérdida de apetito o la deshidratación
La leche, los yogures y los productos lácteos son parte esencial de una alimentación equilibrada y saludable. Por ello, a las personas mayores, que con el calor pueden sufrir pérdida de apetito, les ayuda a cubrir sus necesidades nutricionales y de hidratación.
Con una tasa de natalidad de apenas 8,4 por cada mil habitantes en el último año, la más baja desde que se tienen registros y una esperanza de vida que llega hasta los 83,1 años en 2017,
se pone de manifiesto que las personas mayores tienen un creciente protagonismo en la pirámide de población nacional y requerirán de una mayor atención, también nutricional. Ante las dificultades que tienen muchos de nuestros mayores para ingerir ciertos alimentos, existe una gran variedad de productos lácteos con diversidad de nutrientes que les permiten cubrir necesidades y mejorar su calidad de vida, junto a hábitos saludables y actividad física regular.
El especialista en Geriatría en el Hospital Clínico San Carlos y profesor asociado de Ciencias de la Salud de la Universidad Complutense de Madrid, Federico Cuesta, subraya que los lácteos son fundamentales para las personas mayores, sobre todo si tienen por encima de los 75 años, ya que estos alimentos son capaces de aportar alta riqueza en nutrientes de forma muy concentrada y, sobre todo, con mucha “biodisponibilidad”, es decir, son mejor absorbidos que otros.
Cuesta, miembro del Comité Científico del Programa Europeo de fomento del consumo de leche y lácteos puesto en marcha por el sector español y la UE, destaca que, sobre todo en momentos de mucho calor, la ingesta de lácteos es necesaria para la nutrición de los mayores y para favorecer su hidratación, gracias al importante componente de agua que contienen. El especialista en Geriatría incide en que muchos mayores pierden la percepción de sed y no tienen ganas de beber, pese a que las temperaturas sean altas, ni tampoco hambre. “Los lácteos se adaptan a los gustos de las personas mayores, con sabores y texturas muy diferentes” a su alcance, desde los productos más líquidos como la leche hasta consistencias blandas en forma de pudding, como los yogures, que no crean sensación de saciedad, remarca Cuesta.
Entre otros beneficios saludables, la leche es fuente de riboflavina y vitamina B12 y también aporta a la dieta vitamina A, C y niacina. La vitamina A, presente en los quesos, ayuda a mantener las mucosas, la piel y la visión en condiciones normales y, los lácteos enriquecidos con vitamina D, contribuyen al mantenimiento de los huesos en condiciones normales. Calcio, yodo, potasio, zinc, fósforo… Los lácteos son una fuente, igualmente, de minerales.
A través del “Programa de promoción de la leche y los productos lácteos en el marco de unas prácticas dietéticas adecuadas”, la Organización Interprofesional Láctea (Inlac) y la Comisión Europea dan una respuesta conjunta a la necesidad de fomentar la presencia de la leche y los productos lácteos en el día de los españoles, además de fomentar la actividad física como estrategia frente a los problemas de salud relacionados con la alimentación, el sobrepeso y la obesidad. Una receta con lácteos “refrescante” Existen muchas maneras de decir Sí a los lácteos, siempre dentro de una vida saludable.
El Programa Europeo, lacteosdiquesi.eu, pone al alcance de personas mayores y otros segmentos de población un gran número de recetas y preparaciones para completar el perfil nutricional de los alimentos, combatir la pérdida de apetito e hidratarse.
¿Qué tal un tarro de yogur y frutas? Ingredientes: 1 yogur cremoso, 1 plátano, 4 ó 5 fresas, Galleta, Copos de avena, Menta o hierbabuena (opcional) Elaboración: Batimos el yogur cremoso y echamos una primera capa en el tarro de cristal donde vayamos a servir nuestra preparación. A continuación, agregamos las fresas y los plátanos cortados en láminas e incorporamos unas cucharadas de galleta previamente molida (podemos poner copos de avena para darle un toque crujiente). Repetimos el proceso hasta llenar el tarro y decoramos con una hoja de menta o hierbabuena. Obtendremos así un hidratante tarro de yogur y frutas.