Por Armando Álvarez
San Marcos fue benévolo con los Caballeros de la Orden del Sabadiego y aseguró un dia estupendo para que el Gran Capítulo se desarrollara con brillantez, Un Gran Capítulo que según fuimos informados, dentro de dos años, celebra las bodas de plata, de acuerdo con lo que el alcalde Cesar Movilla nos transmitió desde el balcón del ayuntamiento, en su saludo de bienvenida a las cofradías, invitándonos seguidamente a lomar unos culinos de sidra en los propios jardines de la casa consistorial.
Tengo que decir en favor del amigo Movilla, que como primer edil de la Villa Condal, participó en todos los actos del capítulo, mostrándose siempre, afable y cordial con todo el mundo.
El que coincidiera la celebración de este Gran Capítulo con la Semana Santa, posiblemente haya restado asistentes y hasta el público de Noreña, que vive con intensidad en la calle la fiesta del picadillo y del sabadiego, no haya sido tan numeroso como en ocasiones anteriores.
Algunos de los visitantes de otros años, echaron de menos la misa, principalmente por el buen recuerdo que tenían de la magnífica actuación de la Coral de Noreña, cuyas afinadas voces les dejaron un grato recuerdo, según comentaban, un verdadero placer para los oídos.
No obstante de lo que hemos apuntado, todo el programa se desarrolló de acuerdo con el buen hacer y entusiasmo de los caballeros de la orden, con la suerte como decía al principio, de que tuvimos buen tiempo en todo momento. Bien es cierto, que ya a la hora de tomar el aperitivo en el Restaurante La Fusta, cayó un buen aguacero, pero ya nos cogió atechados, al mismo tiempo que dábamos buena cuenta de los suculentos sabadiegos, amén de un picoteo variado.
A las cinco y media de la tarde, fueron llegando las cofradías al número 4 de la Calle de la Libertad, donde tiene su bonita sede la cofradía, totalizando un número de diecisiete, según tengo entendido .De aquí se partió en marcha cívica, desfilando con el acorde de las gaitas y tambores de la Banda de Gaitas del Ayuntamiento de Oviedo, haciendo un recorrido por las calles de la villa hasta el Ayuntamiento, haciendo allí la consabida foto de familia para luego dirigirnos al quiosco de la música, donde como siempre, tendrían lugar los actos de entronización.
Aunque no asistí en la mañana, debo de reseñar, que en el mismo escenario, el periodista asturiano José Luis Balbín pronunció el pregón, distinguiéndose así mismo, con el Premio Nacional de Periodismo a Antonio Mingote, que en su condición de académico de la Real Academia de la Lengua, tuvo mucho que ver en que el sabadiego, tenga en la actualidad el tratamiento que se merece, de acuerdo con sus bondades gastronómicas .Mingote no pudo estar presente en el acto.
También se entregaron los premios del concurso escolar que perpetúan el nombre del bueno de José Alfredo Colunga, que nos dejó el pasado año. El nombramiento de Chacinero Mayor del Concejo, recayó en esta ocasión en la persona de Paulino Gonzalez que dedicó muchos años de su vida a la industria cárnica.
Vuelvo a la tarde de nuevo al quiosco, para reseñar lo que acontecerá allí. Estaban presentes en el mismo, los representantes de las distintas cofradías, y los amigos Alfonso Pascual como presidente de la orden, Miguel Ángel Fuente Calleja, Presidente Fundador y de Honor e Ignacio Gutierrez (Nacho) como moderador, tendrían parte activa en los nombramientos de los cofrades distinguidos.
Comenzó el acto con el hermanamiento con los Amigos de Cudillero, representados por el presidente de la entidad.
Se investiría en primer lugar con correspondientes atributos de caballeros de mérito, al escultor José Luis Fernández, precisamente un viejo amigo que hacía mucho tiempo que no veía, hermano de Alfonso Fernández, que como magnífico boxeador, se proclamaría Campeón de España, cuando el boxeo tenía más adeptos en Asturias que hoy en día
El pintor Carlos Sierra, que es como de casa, sería el segundo galardonado. Precisamente el amigo Sierra, con ocasión de la cena en La Fusta, nos obsequió con una bonita lámina, en la que se plasma el tronco del viejo castaño en La Soledad.
Rodrigo de Mesa, Presidente de la Federación Española de Tiro Olímpico fue el tercer galardonado. Allí estaban para apoyarle, las fuerzas vivas del Club de Tiro Principado, con su presidente Manolo Suarez, con José Ramón y los tiradores olímpicos Corsino y Eva Suárez. En el modélico club ovetense, pasé buen tiempo practicando este deporte, que era una más, de mis aficiones.
Le tocó el turno al joven cocinero ovetense Gonzalo Pañeda que regenta el Restaurante La Solana en Gijón, al que avala una estrella Michelin, además de un futuro muy prometedor.
El Gran Maestre de la Cofradía del Vino de la Rioja Javier García Leria, aceptó complacido el galardón y en sus palabras de agradecimiento, dejó constancia del buen hermanamiento de los vinos riojanos con los suculentos sabadiegos.
Francisco Dosal, propietario de Casa Pancho de de Vidiago , fue también distinguido como caballero de Mérito, para finalizar con el pregonero José Luis Balbín que cerraría el capítulo de distinciones, no sin antes hacer todos el juramento de fidelidad plena hacia el famoso embutido noreñense.
El Restaurante La Fusta, como en otras ocasiones, sería el lugar donde se celebraría la cena de hermandad, con el buen menú de siempre y el momento de expresar entre los contertulios, ese sentido de hermandad que se vive entre las cofradías de diferentes lugares.
Como siempre, me encontré con amigos de todas las partes. Nombraré para cerrar esta crónica, solamente a los que han venido de mas lejos. Fueron ellos, el matrimonio formado por
Carmen y Ricardo que venían de Castellón y J.Carlos y Elisabete que se desplazaron de la localidad de Amadora en Portugal.
Les deseamos a todos un feliz retorno a sus casas con la esperanza de un nuevo encuentro, que será sin duda el próximo sábado en Santoña.
Los buenos amigos de la Cofradía de la Anchoa de Cantabria, nos proporcionaron el programa de su gran capítulo y nos prometieron que degustaríamos magníficas anchoas de la costera de este año, después de cinco años de veda. Lógicamente, les prometí nuestra asistencia.