Una figura irrepetible en la historia de CCOO, de la que fue secretario general en Asturias, y, sobre todo, un buen hombre
Es un día triste para CCOO. Nos acaba de dejar Emilio Huerta "Triqui", un hombre del sindicato, un hombre de izquierdas, un hombre cercano. Era un compañero comprometido con las libertades democráticas y los derechos de la clase trabajadora.
Emilio Huerta
Nos ha dejado una figura irrepetible en la historia de Comisiones Obreras, de la que fue secretario general en Asturias. Y sobre todo, un buen hombre.
Triqui fue siempre un obrero del metal (entró de aprendiz en Ensidesa, donde sacaría la maestría industrial, y como maestro industrial se jubilaría). Y como muchos de aquella generación, era un obrero con conciencia, que se implicaba. A mediados de los setenta ya estaba en el Partido Comunista y en las comisiones obreras, todavía en la clandestinidad.
Fue primero secretario de organización de CCOO de Asturias, con Gerardo Iglesias y Francisco Javier Suárez, y su labor resultó fundamental en la configuración de la estructura del sindicato. Sustituyó luego en la secretaría general a Francisco Javier, hasta que dimitió a finales de 1994. Entonces volvió a Ensidesa, a su puesto de trabajo. El obrero que durante años representó a sus compañeros y compañeras, volvía al tajo.
También tuvo una trayectoria política destacable. Sobre todo Triqui defendía la independencia del sindicato, decía que CCOO tiene que ser “más socio que político”. Y siempre creyó, también él, que fue en las calles y con las movilizaciones donde se abrieron paso las libertades, para pasar de la dictadura a la democracia.