El lienzo vuelve a exponerse en su espacio habitual de la pinacoteca tras su presencia en una importante exposición de Madrid
OBRA: Retrato de Gaspar Melchor de Jovellanos en el arenal de San Lorenzo, c. 1782, de Francisco de Goya y Lucientes (Óleo sobre lienzo, 185 x 110 cm)
LUGAR: Museo de Bellas Artes de Asturias | Palacio de Velarde (sala 4, 2ª planta)
Desde esta mañana regresa a su relevante lugar en la colección permanente del Museo de Bellas Artes de Asturias una de sus pinturas más queridas, la primera versión de la efigie del ilustrado gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos (Gijón, 1744-Puerto de Vega, 1811), materializada por Francisco de Goya hacia 1782. El retrato retorna al panel principal de la sala 4, en la segunda planta del Palacio de Velarde, donde ocupa una posición prominente, flanqueado por dos bodegones de Luis Meléndez. El retrato de Jovellanos, propiedad del Estado Español, quien lo adscribió al Museo Nacional de Escultura, dependiente del Ministerio de Cultura, lleva expuesto en el Museo de Bellas Artes de Asturias desde el año 2000, gracias a la Dación efectuada por Hidroeléctrica del Cantábrico, empresa de origen asturiano que liquidó de forma ejemplar sus obligaciones tributarias.
La pintura se cuenta entre las primeras realizaciones del autor en el género del retrato una vez instalado en Madrid y recuerda la estrecha relación de amistad que hubo entre ambos personajes. La pieza precisamente pudo incrementar su recorrido expositivo en la reciente e importante exposición que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando acaba de organizar en su sede de la calle Alcalá para recordar a otra figura esencial de la Ilustración Española, el arquitecto Ventura Rodríguez, cuyo nombre dio título a dicha muestra temporal.
El retrato de Jovellanos fue sometido a un concienzudo estudio a partir del verano de 2010, que contó con la colaboración del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), circunstancia que permitió la realización de diversas radiografías que contribuyeron a desvelar la existencia de una imagen subyacente. El último estudio, a cargo de la Jefa de Conservación de Pintura del Siglo XVIII y Goya del Museo Nacional del Prado, Manuela Mena, cree posible que la figura femenina primeramente retratada en el lienzo fuese la noble aragonesa María Antonia Gonzaga de Caracciolo, marquesa viuda de Villafranca.