La organización médico-humanitaria pide respeto por la intimidad de las familias
Ayer jueves 13 de octubre, un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) fue objeto de un ataque en Dadaab, Kenia. Durante el incidente, resultó herido un conductor de la organización, Mohamed Hassan Borle, de 31 años. En estos momentos está hospitalizado, su situación es estable y está fuera de peligro. Dos trabajadoras internacionales, ambas españolas, fueron secuestradas por los atacantes. Hasta el momento, MSF no ha podido establecer contacto con ellas. La organización ha formado un comité de crisis para gestionar el incidente.
Las dos compañeras secuestradas son Montserrat Serra, de 40 años y oriunda de Palafrugell (Girona), y Blanca Thiebaut, de 30 años y de Madrid. Las dos trabajan como logistas con MSF en el campo de refugiados de Dadaab. Sus familias han sido informadas. La organización pide a la prensa que respete la intimidad de las familias en estos momentos difíciles.
“Estamos en contacto con las familias de nuestras compañeras y con todas las autoridades pertinentes desde el primer momento. Estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para lograr su vuelta sanas y salvas, y cuanto antes. Nuestros pensamientos están con ellas y sus familias en estos momentos difíciles”, asegura José Antonio Bastos, presidente de MSF España.
Tras el ataque, la organización ha tenido que evacuar parte del equipo que trabaja en Dadaab. Como consecuencia, se han suspendido determinadas actividades médicas. Sin embargo, MSF mantiene sus servicios de urgencia en los campos.
Este incidente pone en peligro la asistencia a miles de personas que necesitan urgentemente ayuda humanitaria. Una pronta y satisfactoria resolución también permitirá asegurar que esa asistencia, tan necesaria, continúa.
Estos incidentes precisan de prudencia y discreción para poder solventarlos. Por lo tanto, a fin de asegurar la resolución rápida y segura de este incidente, MSF no facilitará más información por el momento y no hará comentarios sobre las declaraciones, rumores e informaciones públicas que circulan al respecto. MSF llama a todos los actores involucrados a no comentar públicamente este asunto. “La publicidad que se está dando actualmente a este incidente no nos ayuda, sólo puede poner en riesgo los esfuerzos para liberar a nuestras compañeras y dañar a la familia”, apunta Bastos.
MSF provee asistencia médica en el campo de Dadaab desde 2009.
FOTO: Periferia del campo de refugiados de Daadab, Kenia, 2011 © Brendan Bannon