JPA/DICYT El científico Adolfo Sánchez Blanco se acaba de incorporar al Centro de Investigación del Cáncer (CIC) de Salamanca procedente de la Universidad de Stanford (California, Estados Unidos) para iniciar una nueva línea de investigación. Tras estudiar la duración de la vida en el gusano 'Caenorhabditis elegans', su objetivo ahora es utilizar este organismo modelo para analizar la apoptosis, es decir, la muerte celular programada, un mecanismo biológico que impide que las células cancerígenas sobrevivan y que, por lo tanto, evita el desarrollo de tumores. El laboratorio del CIC al que se incorpora este investigador trata de desarrollar nuevas terapias basadas en inducir esta autodestrucción de las células del cáncer.
El gusano 'C. elegans' es un nematodo que sólo mide un milímetro y que tiene un aspecto transparente. Su principal virtud para la Ciencia es que sirve de modelo para muchas investigaciones biomédicas porque es sencillo de manipular y porque el 80% de sus genes tienen genes homólogos en el ser humano. "Durante seis años he estudiando el envejecimiento en el gusano C. elegans en la Universidad de Stanford", explica en declaraciones a DiCYT Adolfo Sánchez Blanco, que se licenció en Biología en la Universidad de Salamanca y que ahora vuelve a la capital del Tormes. El objetivo de sus estudios en California fue "investigar las razones moleculares que llevan a la variabilidad de la vida, es decir, por qué si tienes un grupo de gusanos con la misma edad cronológica, con el mismo genotipo y que viven en el mismo ambiente, siempre hay gusanos que viven más que otros en una población con todos los parámetros iguales".
Para investigar esta cuestión, "realizamos un odómetro molecular del envejecimiento", es decir, "un cuentakilómetros que a través del uso de genes y marcadores fluorescentes nos permitía predecir qué individuos iban a vivir más o menos". Conociendo esa información, los científicos del grupo en el que trabajó Sánchez Blanco estudiaron las causas moleculares que podrían explicar esas diferencias en la duración de la vida de los gusanos. "Lo que encontramos fue un factor de transcripción, que es una proteína que induce la expresión de muchos genes en el individuo, que en este caso forma parte de una ruta genética que está conservada desde gusanos a humanos, que es la ruta de la insulina y del factor de crecimiento IGF-1, que es muy importante". Además, también comprobaron "la variabilidad patogénica de la dieta", es decir, cómo una misma dieta era más perjudicial para unos gusanos que para otros. "Esas dos fueron las razones iniciales que inducen la variabilidad de la duración de la vida", indica el investigador, que publicó su trabajo en la revista científica PLoS Genetics, una de las más prestigiosas de su campo.
Adolfo Sánchez Blanco ha contado los detalles de esta investigación, publicados hace pocos meses, en una conferencia que ha tenido lugar hoy en el Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG) de Salamanca. Sin embargo, en declaraciones a DiCYT también ha adelantado que su incorporación al CIC dentro del laboratorio que dirige Faustino Mollinedo va a suponer nuevos retos en su carrera. "Voy a continuar estudiando aspectos del envejecimiento, pero envejecimiento y cáncer son dos cosas que están muy ligadas, van de la mano una con otra, porque a medida que el envejecimiento progresa, algo pasa que hace que tengamos más riesgo de tener cáncer", apunta.
En este sentido, el equipo de Faustino Mollinedo busca nuevos modelos para estudiar nuevas terapias contra el cáncer, en especial terapias que inducen la apoptosis. "El gusano 'C. elegans' fue precisamente el modelo en el que se caracterizó el control genético de la apoptosis, así que vamos a usarlo para probar este tipo de nuevas terapias contra el cáncer", indica el investigador.